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Sa Torreta

Que nadie ose tocar el Venecia

Espero que el Bar Venecia no cierre nunca. Como el Bosch o el Cristal, por citar dos de toda la vida que siguen activos. El Venecia nació en 1934, tiene la friolera de 83 años. Como el Bosch o el Cristal sobrevive con aparente buena salud. Pero ya hemos visto bajar la persiana de tantos establecimientos emblemáticos que no queda más remedio que observarlos a diario y disfrutarlos siempre que se presenta la ocasión. No vaya a ocurrirles lo mismo que al Moka o al Niza. O lo que sucederá dentro de unos meses al Lírico, cuando deje de ser el local al que acudían los artistas que actuaban en el vecino teatro para pasar a manos de una franquicia que pague los alquileres estratosféricos que se cobran en el Born.

El Venecia sobrevive, entre otras cosas, porque está en la calle Arxiduc Lluís Salvador. Es bar de barra larga para exhibir sus tapas. Es casa de comidas de carta extensa con menú del día, platos de siempre y bocadillos de toda la vida. Solicite un entrecot o una tapa de pica-pica. Un bocadillo de queso caliente o un variado con su frito y su ensaladilla. Una sepia a la plancha o un pincho de tortilla. Unas llesques de pà moreno con sobrassada, camaiot o queso de Maó. Pero no busque en su cocina propuestas exóticas. Ofrecen lo que siempre hemos encontrado en un bar mallorquín porque es lo que bordan y porque no pretenden el postureo de quienes aspiran a crear un minibulli en cada esquina.

El Venecia es bar de teles grandes, y en eso también se asemeja a los de toda la vida. Siempre han congregado a la afición al fútbol, primero en blanco y negro porque pocas casas particulares los tenían. Después con la tele en color, porque fueron los primeros lugares en los que los espectadores podían distinguir las líneas blaugrana del Barça de las rojinegras del Milan. Ahora siguen reuniendo a la parroquia porque no todo el mundo tiene capital suficiente para ver el fútbol de pago en casa.

Al Venecia no debe irle mal. En los alrededores de la plaza Fleming tiene por vecinos kebabs, franquicias, chinos o rusos... Y, sin embargo, la gente sigue apostando por el ambiente de un joven de 83 años.

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