"Existe un riesgo de colapso y derrumbe de toda la estructura" de las dos piscinas exteriores de Son Hugo. Así de tajante es el gerente del Institut Municipal d´Esport, José María González, mientras muestra en una visita realizada hoy la corrosión que sufre el acero galvanizado que sustenta las piletas.

"Incluso se ha levantado la base de hormigón" sobre la que está asentada dicha estructura, como señala durante un recorrido por el subsuelo de las instalaciones municipales que se inauguraron para la Universiada, hace casi dos décadas.

Por este motivo, el IME dejará cerradas las piscinas exteriores el próximo verano, una decisión obligada que adelantó este periódico y afectará a miles de abonados y alrededor de 500 nadadores federados.

La reapertura será en verano de 2018, después de la reparación de los llamados vasos de las piscinas, que necesitan una inversión de entre 900.000 euros y un millón. El Ayuntamiento cuenta con el presupuesto y está redactando el pliego de condiciones con el que sacar a concurso la obra, para la que solo están especializadas tres empresas en todo el mundo, tal como destaca González.

Cuando se solucione el grave problema, "las piscinas exteriores estarán abiertas todo el año", asegura. Mientras tanto, los responsables políticos del IME están buscando alternativas en centros privados para los miembros de los clubes de natación y waterpolo, según avanza la regidora de Deportes, Susanna Moll.

El alcalde, José Hila, también ha visitado las instalaciones y explica que el "riesgo de seguridad para los usuarios" les ha obligado a clausurar las instalaciones. "Estas piscinas no se han cuidado bien y el no haber realizado un correcto mantenimiento al final se acaba pagando", lamenta.

El gerente del IME detalla que la estructura de acero galvanizado se utilizó por la necesidad de hacer la obra con celeridad, ya que "se acercaba la Universiada y los vasos metálicos en tres meses estaban colocados".

No menosprecia este material respecto al tradicional hormigón, aunque incide en que "necesita un mantenimiento mucho más exigente y, si no se hace, supone un gran problema". En concreto, lo que ha ocurrido es que "el agua con el cloro han ido bañando la estructura, y se ha sumado un ambiente corrosivo debido a la falta de recirculación del aire", que está contaminado por el cloro y no se regenera con aire del exterior, especifica José María González.

Las filtraciones en los vasos de las piscinas han llegado a tal punto que se perdían hasta 14.000 litros cada día en la pileta de saltos, por lo que el nivel del agua ha sido rebajado para que no ocurra, explica Moll.