El alcalde de Palma, José Hila, ha manifestado en relación a la detención del empresario Bartolomé Cursach y de dos de sus más directos colaboradores, que "la Playa de Palma, no solo se debe renovar urbanísticamente, sino que también es preciso erradicar ciertas práticas empresariales".

Hila ha querido ser prudente en relación a la detención del empresario, "puesto que se trata de una operación abierta y de la que no tenemos más información que la recabada por los medios de comunicación", aunque ha afirmado que es preciso "que la justicia llegue hasta el final de esta situación para que se aclare todo".

Para el alcalde, "se trata de un paso más de un proceso que ya dura años y que afecta en buena medida al Ayuntamiento de Palma, pero también a empresarios y políticos y que pone de manifiesto la existencia de una presunta trama corrupta existente que ahora se está descubriendo".

El hecho de que el detenido sea uno de los empresarios más importantes de la zona turística pone de manifiesto que "nadie está por encima de la Ley". Por ello, "respetando la presunción de inocencia, tengo claro que nadie, ni ningún empresario por poderoso que sea, debe estar por encima de la ley y que nuestro trabajo como Ayuntamiento es el de defender el interés general también frente a los poderosos, y eso es lo que estamos haciendo".

Una quincena de delitos

Cursach es sospechoso de haber cometido unos quince delitos, entre ellos prevaricación, blanqueo de capitales, cohecho, contra la Hacienda Pública, narcotráfico y corrupción de menores.

El empresario empezó a ser investigado al principio de las pesquisas contra las tramas de corrupción de la Policía Local, pero nunca hasta ahora había sido imputado o detenido.

Cursach ha sido uno de los empresarios de la noche sospechosos de recibir un trato de favor por la Policía Local y otros departamentos municipales a cambio de sobornos.