Veinte días antes de que empiece la primavera, la procesionaria invade el bosque de Bellver de una forma especialmente visible. En todo el recorrido por los caminos que atraviesan el frondoso arbolado, la plaga está presente en las ramas, en las copas de los árboles, en el suelo entre la vegetación y también invadiendo las pistas de tierra que rodean el terreno y los ciudadanos utilizan para caminar, practicar deporte ir en bicicleta o pasear al perro.

La plaga es peligrosa para las personas si entran en contacto con las orugas o el polvo que desprenden, pero mucho más para los perros, por su curiosidad innata y el rastreo constante característico de su forma de moverse, ya pueden sufrir urticarias en ocico, piel y lesiones irreversibles en los ojos.

La presencia de la procesionaria en el bosque se suma a la degradación de la zona ya detectada por el Ayuntamiento de Palma en el informe que presentó el pasado mes de julio. Una visión general del arbolado permite contemplar a simple vista que muchas zonas boscosas han perdido paulatinamente su color verde característico y que una parte del pinar se ha quedado sin hojas y muestra, pese a las lluvias, las copas completamente secas. En el recorrido perimetral a través del castillo hay además troncos caídos y algunos directamente muertos.

Cort alertó en el referido informe que casi la mitad del bosque estará degradada en 30 años si no se adoptan medidas. Según el Ayuntamiento, los usuarios "ejercen una gran presión sobre los caminos naturales y las áreas de estancia, deteriorando con el pisoteo las zonas vegetadas adyacentes a estos, ensanchando los senderos y disminuyendo su cobertura vegetal, acentuando la erosión y la degradación del suelo", según indica el plan en el apartado de uso recreativo.

Considera que "la situación todavía no es preocupante, porque estamos a tiempo de revertirla. Lo será si continuamos así, aunque ahora tenemos un diagnóstico que nos hace tomar conciencia de lo que sucede". Y lo que ocurre es que Bellver "está en pausa, no crece la vegetación, por lo que hay que adoptar medidas en las zonas más degradadas".

El plan de uso y gestión de la zona verde cuantifica en 12 millones de euros durante diez años el presupuesto que se requiere para mejorar el bosque. El objetivo es aplicar el plan a rajatabla con el fin de recuperar el 20% que está degradado actualmente.