Otro destacado testigo del llamado caso ORA que ha declarado ante los investigadores contó el intento de amaño que se abortó para evitar que se otorgara un contrato público a la empresa Roig. Este testigo contó unos hechos que ocurrieron en el año 2007, cuando Cort convocó un concurso para el mantenimiento del alumbrado público. Presidía la mesa de contratación y para elegir al ganador se creó una comisión técnica integrada por tres
Un día por la tarde, mientras estaba trabajando en su despacho, de pronto y sin cita previa, entró el empresario Antonio Roig. Durante un cuarto de hora le intentó convencer de que lo mejor era elegir la propuesta que su empresa había presentado. El testigo recordó muy bien el lenguaje corporal que estaba utilizando el empresario, que en un momento determinado le dijo: "Esto lo tenemos que arreglar". Interpretó que el uso del plural no era casual, sino que pretendía implicarle y que si bien en ningún momento le habló de dinero, le dio la impresión de que le estaba proponiendo una comisión a cambio de amañar el concurso. De hecho, llegó a pensar que "si acepto, me paga la hipoteca". Sin embargo, el empresario fue inmediatamente invitado a marcharse del despacho, como así hizo. El testigo aseguró al juez que el empresario tenía una gran facilidad para moverse por los despachos municipales.
Al día siguiente convocó la mesa de contratación y propuso que se rechazara la propuesta de Roig, en favor de otra empresa competidora. El resto de la mesa estuvo conforme, salvo el técnico que seguía apoyando el otro proyecto. En su declaración, el testigo también declaró que otro sistema de presión que utilizaba el empresario Roig era anunciar una demanda contra la decisión de la mesa. Sin embargo, nunca la presentó y finalmente aceptó la decisión acordada.
