La Empresa Municipal de Transportes (EMT) va a mantener los descuentos a los usuarios del transporte público que utilicen la tarjeta ciudadana pese a que el precio de un viaje cambia en función de la residencia.

El concejal de Movilidad de Cort, Joan Ferrer, manifestó que el criterio que utiliza la empresa desde la implantación de la tarjeta ciudadana es el de residencia independientemente de la nacionalidad de la persona beneficiada.

Por ello, cualquier persona que está empadronada en la ciudad al margen de su lugar de nacimiento y de su nacionalidad puede ser titular de la tarjeta ciudadana y, en consecuencia, tener el descuento de casi la mitad del precio del viaje que se aplica a sus titulares.

En concreto, si el billete normal para viajar en bus cuesta 1,80 euros, el mismo trayecto utilizando la tarjeta ciudadana cuesta 80 céntimos para el perfil de residente. Los no residentes en la ciudad también tienen derecho a obtener la tarjeta ciudadana, independientemente de su nacionalidad y, siempre que residan en un municipio de Balears, el precio del viaje es un poco menor que el del billete sencillo, subvencionando el Ayuntamiento una parte del trayecto.

Los usuarios del transporte público también tienen a su disposición la posibilidad de adquirir bonos, como el denominado 10, que subvenciona los trayectos en función del número de viajes que se realicen.

En estos casos la adquisición de estos títulos de transporte también es independiente de la nacionalidad del usuario e incluso de su residencia. Se pueden adquirir, además de en las máquinas expendedoras existentes en distintos puntos de la ciudad, en quioscos y estancos.

Cuando hace dos décadas se implantó la tarjeta ciudadana ya surgió la duda de si la Unión Europea consideraría discriminatorio el sistema. Se realizaron una serie de consultas llegando a la conclusión de que no discriminaba en función de la nacionalidad.