El cementerio de Son Valentí es una obra de retales. Fue inaugurado en 1821 pero con los años ha ido sumando ampliaciones y han colocado tumbas, lápidas, panteones y nichos allí donde han podido. El resultado es que pasear por la zona antigua del cementerio es una aventura que obliga a los visitantes a caminar sobre las lápidas, pese a que es una práctica desaconsejada porque las piedras se pueden hundir.
La Empresa Funerària Municipal (EFM) de Palma quiere remodelar toda la zona antigua del camposanto para suprimir barreras arquitectónicas, crear nuevas calles entre las tumbas y mejorar la seguridad. Para conseguirlo, antes deben ganar terreno. Pero como el cementerio palmesano está saturado, la fórmula será recuperar las tumbas y nichos abandonados desde hace años.
La funeraria ha iniciado los procedimientos, conocidos como expedientes de caducidad, para vaciar 3.500 unidades de enterramiento. Se trata de recuperar las tumbas y nichos que nadie paga desde hace años, porque a los fallecidos ya no les quedan familiares. La mayoría de las sepulturas afectadas están en la parte antigua del cementerio, conocida como sector 2, que fue la zona construida en el siglo XIX.
Desde hace meses la funeraria trata de localizar a los allegados de las personas enterradas para que se pongan al día en las cuotas. En caso contrario, podrán exhumar los restos y trasladarlos a la fosa común.
En todo el cementerio de Son Valentí hay unas 44.800 unidades de enterramiento. Según los datos de la EFM, aproximadamente el 17% están abandonadas y nadie se hace cargo de ellas. Esta cifra asciende al 34% en la zona más antigua, la que antes ocupaba la finca de Son Tril·lo.
Las 3.500 reclamaciones que ha iniciado la funeraria son solo una pequeña parte. De momento, unos 600 expedientes de caducidad han finalizado sin hallar a ningún familiar del difunto. Cuando la EFM tenga dinero suficiente, exhumará los restos y tratará de reubicar, de forma respetuosa, las tumbas que supongan un obstáculo para los visitantes.
La regidora de Gobierno Interior de Cort y presidenta de la EFM, Aurora Jhardi (Som), explica que la remodelación de la zona histórica "es el gran proyecto de la funeraria desde hace veinte años, pero nunca se ha podido ejecutar porque requiere muchos trámites administrativos y una gran inversión económica".
El cálculo de la empresa municipal es que necesitarán unos 450.000 euros para las obras de remodelación50.000 euros para las obras de remodelación, que también incluirán mejoras en los sistemas de riego o en la iluminación para poder visitar el cementerio en las tardes de invierno.
Además, en la zona nueva del cementerio (el llamado sector 1) han proyectado la creación de cuatro jardines alrededor del oratorio central y la remodelación de la plaza de Ramon Llull, donde colocarían un monolito en memoria del erudito. Estas obras costarán unos 275.000 euros adicionales.
Jhardi espera que los trabajos se puedan pagar gracias a las transferencias que el Ayuntamiento de Palma conseguirá mediante la Ley de Capitalidad. "La funeraria es la única empresa que es autosuficiente y no recibe dinero del Ayuntamiento", explicó la concejala. Por ello, han solicitado 600.000 euros a Cort de forma excepcional para realizar la mayor parte de estos proyectos de reforma.
Interés cultural y turístico
Otra de las mejoras previstas es destacar el cementerio como un lugar de interés cultural e incluso turístico. Para ello quieren cambiar toda la señalización del cementerio y destacar mediante paneles informativos los puntos de atracción, como las tumbas más antiguas, las que tengan valor artístico o las de personajes históricos.
Joan Alcover, Josep Maria Llompart, Fausto Morell, Pere d'Alcàntara Penya, Màxim Alomar o Félix Pons serán algunas de las tumbas que aparecerán señalizadas, de acuerdo con el proyecto redactado por el periodista y colaborador de este diario, Carlos Garrido, que es experto en el cementerio de Palma.
Los indicadores de interés cultural se complementarán con una aplicación para dispositivos móviles que permitirá señalizar rutas de interés por el interior del recinto de Son Valentí. Según el cálculo de la funeraria palmesana, la colocación de las señales y la creación de la app costarán unos 35.000 euros.
