Las nubes hacían presagiar lo peor ayer a primera hora de la mañana, que no se podría ver el efecto lumínico conocido como el Vuit de la Seu, pero cuando la mayor parte de los asistentes que abarrotaban la Catedral estaban charlando despistados, empezó el espectáculo que tiene lugar el 2 del 2 y el 11 del 11, si hace sol. Fue más emocionante porque pilló desprevenido al público. Todavía no era un ocho perfecto, aunque el simple hecho de ver los colores del rosetón mayor en el interior de la fachada principal de la Seu, reflejados casi debajo del rosetón menor, bastó para que la alegría conjunta de los congregados, muchos de ellos estudiantes, se expresase con un sonoro "oooh" y numerosos aplausos.

Quedaban 15 minutos para las 9 horas y el efecto lumínico solo duró unos segundos. Sin embargo, desde entonces los presentes no quitaron ojo del rosetón menor y apuntaron bien sus cámaras y móviles, debido a que la primera vez pocos lograron la esperada fotografía. Las nubes jugaron de nuevo con la Catedral y volvieron a dejar un resquicio para que entrase un rayo de sol, que obró el espectáculo del Vuit. Ocurrió hasta cinco veces en un cuarto de hora, con más muestras de admiración, y pocos minutos después de las 9 horas se formó el ocho perfecto.

Un ciego en la Catedral

La emoción también embargó a Serafín. "Ciego por el glaucoma desde que era niño-adolescente", lleva varios años acudiendo a la Catedral para "sentir" lo que el resto observa. "Hoy la sensación ha sido como si pagasen el piso a plazos", ya que oía que la gente se alegraba y se decepcionaba por momentos. Àngels añadió que "no es solo una sensación visual, sino del corazón". Para Serafín, el espectáculo del Vuit de la Seu "demuestra que en Mallorca hay cosas preciosas, que la mayoría de las veces no se conocen o no se aprecian", y por ello aplaude la cada vez mayor afluencia que congrega este evento.

En la misma línea se expresó Daniel Ruiz, de la Sociedad Balear de Matemáticas, la primera que dio a conocer el singular efecto lumínico. Fue uno de los más optimistas ayer por la mañana. "Las nubes no son una pantalla plana, por lo que pueden dar una sorpresa", avanzó alrededor de las 8,30 horas. Si no salía el sol, "la Sociedad pensó en comprar ventiladores", dijo en broma. No hizo falta, porque el Vuit de la Seu volvió a emocionar.