Las fiestas del Patrón

Un mundo de fantasía en sa Riera

Sant Sebastià Petit se despide de los niños en el parque con decenas de talleres y espectáculos en una jornada llena de música, baile, payasos, juegos, actuaciones circenses y todo tipo de actividades lúdicas

Raquel Galán Palma

El sueño de todo niño estaba reflejado ayer en el parque de sa Riera: juegos, payasos, globos de helio, música, baile, marionetas, espectáculos circenses, talleres, maquillaje de fantasía, bicicletas y hasta una colina cubierta de hierba para que escalasen los aventureros, como intentaron algunos. Era un mundo paralelo al resto de la ciudad, un lugar casi mágico y con sorpresas en cualquier rincón del parque, por lo que lo primero que quisieron hacer muchos de los niños para mimetizarse con el ambiente fue cubrir su rostro de purpurina y colores. El taller de maquillaje con personajes de fantasía fue uno de los más exitosos y la cola superó en varios momentos los 30 metros de longitud.

La despedida de las fiestas de Sant Sebastià fue espectacular para los pequeños de la casa y la jornada no había hecho más que empezar, ya que las actividades infantiles celebradas hasta la hora de comer -hubo familias que hicieron picnic en el césped- eran el preámbulo de un día en el que también hubo un dragón chino en Pere Garau, cientos de dimonis en Jaume III y miles de bicicletas en el Marítimo.

Quienes acudieron a sa Riera para participar en Sant Sebastià Petit, pospuesto por el temporal del pasado fin de semana -como el Correfoc-, llenaron el parking subterráneo, el camino de Ca l'Ardiaca, la acera colindante al Palma Arena e incluso la rotonda situada bajo la vía de cintura. El cambio de ubicación respecto a años anteriores debido a las obras en el parque de ses Estacions hizo descubrir a algunos padres la zona verde situada junto al torrente de Ciutat.

Además, las actuaciones no solo divirtieron a sus hijos, sino que muchos evocaron su propia infancia cuando escucharon En Joan Petit Quan Balla, cantada por Pirates Pirats; vieron la obra de marionetas Ricitos de oro y los tres ositos y participaron en los juegos de madera instalados por Ludoteca de Jardí. La actuación del Circo Stromboli, donde el protagonista buscaba una ciudad mágica, "donde no existiese la tristeza", mostró a los pequeños qué se podía llegar a hacer con unos zancos, una escalera, ocho aros y una cuerda. Y tuvieron ocasión de probarlo, ya que había diversas actividades circenses, "más fáciles de lo que parece", en palabras de una monitora.

En los talleres pudieron hacer carteles con letras de chocolate, murciélagos con papel de váter, chapas y acuarelas, entre otras muchas obras de arte. Todo en una mañana llena de actividades lúdicas para recrear un mundo de fantasía en plena ciudad.

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