El excomisario de la Policía Local de Palma Rafael Estarellas y su antigua ayudante, llamada Francisca, no supieron anoche dar explicaciones convincentes al juez Manuel Penalva y al fiscal Miguel Ángel Subirán sobre sus presuntas actividades clandestinas espiando a políticos, juristas y otras personas para extorsionarles.

En un ordenador oficial manejado por la detenida se hallaron dos archivos: uno relativo a una operación antidroga contra el hijo de la fallecida exjefa de gabinete del anterior alcalde Mateo Isern y otro con una capacidad de 10 gigas que está encriptado.

Los expertos de la Policía Nacional han intentado acceder a este segundo fichero, pero no lo han conseguido. La investigada alegó que no tiene conocimientos de informática y que no sabe qué contenía ese archivo.

El resto del disco duro apareció borrado, una circunstancia que también ha llamado la atención de los investigadores.

El magistrado Penalva sospecha de un aparatoso operativo antidroga en un parque de la ciudad centrado únicamente en el hijo de la jefa de gabinete de Isern. De esa operación no aparecieron inicialmente ni la droga intervenida, ni el atestado. Se presume que la intención era presionar a la mano derecha del alcalde.

Estarellas ya fue detenido hace unos meses por otros hechos y dentro de la trama de presunta corrupción. En aquella ocasión se libró de ingresar en prisión, algo que no le ocurrió ayer.

Por el contrario, el agente Jaume Garau ya ha estado encerrado en el centro penitenciario de Palma en dos ocasiones por esta causa, pero ayer quedó en libertad. No obstante, se mantienen sobre él varias medidas cautelares como presentaciones periódicas.

La agente que denunció el acoso por su condición sexual pidió ayuda a su jefe Estarellas, pero este le respondió diciendo que era mejor que cambiase de unidad si no se sentía a gusto en motos.