Cinco policías locales fueron detenidos ayer por los dos casos en manos de los tribunales que afectan al Cuerpo de Palma. El arresto de tres de estos agentes se produjo tras las actuaciones homófobas denunciadas por una compañera y las otras dos detenciones están relacionadas con la trama de corrupción que ha lastrado la Policía Local en los últimos años.

La investigación que lleva a cabo el juzgado de instrucción número 12, con el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán al frente, se ha centrado recientemente en los ataques a la vivienda y el coche de la agente víctima de homofobia y en el robo de su motocicleta. Por este motivo, el juez encargado del caso ordenó ayer la detención de dos policías locales de la unidad motorizada, así como del mando, Rafael Estarellas, que también está imputado por la presunta trama de corrupción y que instó a la denunciante a cambiar de destino si no se sentía preparada para continuar en dicha unidad, según la afectada.

Los otros dos arrestos que se produjeron durante la mañana fueron al agente y exsindicalista Jaume Garau por amenazar a testigos de la investigación y quien ya ha estado en prisión, y a una policía local muy próxima al excomisario Estarellas y que guardaba en una memoria USB privada todo el seguimiento que se realizó a una de las personas de confianza del exalcalde Mateo Isern con la presunta finalidad de una posible extorsión. El disco duro de su ordenador profesional fue vaciado, probablemente por albergar en él dicha información de presunto espionaje, lo que ha llevado al juzgado a proceder a la detención de ayer.

Otro de los documentos que guardaba la agente arrestada era el acta oficial que fue redactada contra el hijo de la ayudante de máxima confianza de Isern por tener una pequeña cantidad de hachís en su mochila. El citado documento desapareció de los archivos oficiales del cuartel de Sant Ferran. Sin embargo, estaba en manos de la agente próxima a Estarellas, quien supuestamente ordenó una operación en 2012 contra el tráfico y consumo de drogas en el instituto del hijo de la colaboradora de Mateo Isern. Los investigadores sospechan que guardaban la información comprometida para una futura extorsión.

El presunto caso de espionaje salió a la luz a finales del pasado noviembre, una semana antes de que la policía local víctima de homofobia denunciase ante la Policía Nacional que una rueda de su vehículo particular había sido pinchada a propósito y que, en varias ocasiones, se habían producido daños intencionados en la puerta del edificio donde vive y en el portero automático, que fue quemado. La afectada cree que se trata de actuaciones para coaccionarla con el fin de que se replantee continuar con la denuncia por homofobia contra varios de sus compañeros de la Policía Local.

Antes de acudir al juzgado, trató de resolver el acoso laboral al que se vio sometida hablando con su mando, el ahora detenido Estarellas, pero fue en vano, ya que la invitó a cambiar de unidad si no se sentía bien con un grupo de agentes que la despreciaban por ser lesbiana y la única mujer de la unidad motorizada.

Las detenciones por este caso se producen tras las sospechas contra dos de los compañeros y las posteriores declaraciones de testigos, entre ellas un alto cargo del Consell que tiene amistad con la víctima. Los dos agentes de la motorizada ahora arrestados fueron a visitar a esta política a su puesto de trabajo para que se implicase a su favor, a lo que ella se negó. Antes de marcharse, los policías le dijeron que sabían dónde vivía, una frase que esta testigo interpretó como una advertencia y así se lo expresó a los investigadores del caso.