La Policía Local de Palma estuvo espiando a una de las ayudantes más próximas del exalcalde de Palma, Mateo Isern, buscando información de ella y de su familia, a través del sistema informático del cuartel de San Fernando. Esta búsqueda de información se produjo dos días antes de que se realizara una operación contra el tráfico y consumo de drogas en un instituto de Palma, en la que únicamente se identificó al hijo de esta colaboradora de Isern, que tenía en la mochila una pequeña postura de hachís. A pesar de que la operación fue grabada en vídeo y se levantó un acto oficial de esta incautación, para una posible sanción tanto al menor como a sus padres, este documento oficial desapareció, al igual que la droga que se intervino al estudiante. Se teme que esta operación respondía más a una futura extorsión a esta mujer, que a un interés en evitar el consumo de droga entre estudiantes. La mujer, que falleció hace algunos meses, fue contratada personalmente por Isern para que se hiciera cargo de la coordinación de las diferentes áreas municipales y durante el mandato político fue una de las personas de su máxima confianza.
Estos hechos, que están siendo investigados por el juez Penalva y el fiscal Subirán, ocurrieron en el mes de octubre de 2012. Ayer varios policías que intervinieron en el operativo en los alrededores de este instituto de Palma fueron interrogados en calidad de testigos. La mayoría no recordaba esta intervención. El fiscal solicitó la imputación de uno de los policías, en concreto el que realizó la grabación, porque se negó a indicar el nombre del mando que le ordenó tomar estas imágenes.
Los investigadores están convencidos de que el mando que ordenó este operativo fue el excomisario Estarellas, que en ese momento era el segundo máximo responsable del cuartel de San Fernando. En esta operación centrada tanto en los alrededores del instituto, como en un parque próximo, participaron tres unidades distintas, con órdenes diferentes, de la Policía Local de Palma. El jefe de las unidades era Estarellas.
En este tipo de investigación contra la represión del consumo de droga la Policía está obligada a redactar una acta oficial, en la que acompaña la sustancia intervenida. Después se comunica a la familia del menor que ha sido sorprendido con droga y se le alerta de una posible sanción.
Sin embargo, en este caso, posiblemente porque se trataba del hijo de un alto cargo del Ayuntamiento de Palma, no se actuó de esta forma, puesto que dicha acta, no solo no se le dio el trámite correspondiente, sino que incluso desapareció a propósito.
Sin embargo, los investigadores disponen de este documento. Estaba guardado en un dispositivo electrónico que estaba en poder de una policía local de Palma que, casualmente, es una de las personas más próximas al excomisario Estarellas.
Este nuevo escándalo en la Policía Local de Palma fue inicialmente descubierto por los informáticos del Ayuntamiento, al realizar un trabajo de mantenimiento en el ordenador de esta agente. Los técnicos descubrieron que se había realizado una limpieza del disco duro del ordenador, sin que hubiera ningún motivo técnico que lo justificara. Sin embargo, se averiguó que antes de limpiar el ordenador, toda la información se traspasó a otro dispositivo externo, lo que indicaba que la persona que guardaba estos archivos tenía solo la intención de que desaparecieran de la computadora, pero no quería eliminarlos.
Sin embargo, esta mujer cometió un error, que ha sido aprovechado por los investigadores. Una parte de la información la trasladó a un pen drive, que está en poder del juez. En este dispositivo electrónico apareció un archivo encriptado, que contenía el vídeo de la intervención de la droga al hijo de la ayudante de Isern, así como una copia escaneada del acta de dicha operación.
El marido de esta mujer fue citado ayer por el juez Penalva, para que pudiera facilitar algún dato que pudiese ayudar a la investigación. Se le informó que la Policía Local disponía de fotografías familiares de él, de su esposa y de sus hijos. El hombre señaló que no había tenido ningún problema con la Policía Local y que no entendía que interés podía justificar que se le estuviera espiando. También reconoció que nadie le informó que a su hijo le habían sorprendido cerca del instituto con una postura de hachís.
En la maniobra para espiar a la ayudante del exalcalde de Palma la Policía Local buscó datos sobre sus bienes inmuebles, vehículos, matrículas, así como información de su marido y de sus hijos.
