La defensora de la ciudadanía, Anna Moilanen, realizó ayer un alegato ante los regidores de Cort para vigilar los excesos de ruido. “El Ayuntamiento debe priorizar este problema y tomarse en serio los excesos de ruidos. Es un tema de enorme complejidad en el que se enfrentan el derecho de explotación de un negocio y el derecho al descanso”, afirmó la defensora.

Moilanen recordó que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido perjudica la salud y puede causar un aumento de la agresividad o trastornos mentales. Según sus cálculos, “un 13% de la población de Palma parece ruidos por encima de lo recomendado por la OMS”.

Algunas de las quejas reiteradas que han recibido en la oficina tratan sobre la Ruta Martiana o los bares de la Llonja. “Y no será por normativa. Tenemos detectadas zonas acústicamente contaminadas donde no se garantiza el descanso de los vecinos, que necesitan saber plazos y qué medidas se van a tomar. La excusa de la falta de recursos no es válida”, concluyó Moilanen.