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Sa Torreta

Un gran relieve de Horacio de Eguía

Horacio de Eguía (1914-1991) es otro escultor ampliamente representado en las calles de Palma. Suyas son las esculturas de Ramon Llull de las...

La obra se encuentra en la calle Constitució.

Horacio de Eguía (1914-1991) es otro escultor ampliamente representado en las calles de Palma. Suyas son las esculturas de Ramon Llull de las inmediaciones de s´Hort del Rei y la de Juníper Serra de la plaza de Sant Francesc -las dos tienen más de tres metros de altura- o las réplicas de las esculturas romanas que se encuentran en La Rambla. ¿Está representado en nuestro museo vertical, en el museo de fachadas que repasamos a lo largo de este mes? Sí, y más que lo estuvo en el pasado.

En la calle Constitució, entre Can Puigdorfila y Tous y Maroto, se levantó a finales de los años 50 el llamado Edificio Palma. A la derecha quedó un gran muro cortina para el que se encargó a Horacio de Eguía un altorrelieve en piedra de Santanyí de unas dimensiones más que considerables. Unos 5,5 metros de altura por casi tres de ancho.

El artista optó por un estilo pseudocubista en el que suceden de forma vertical distintas escenas. En la parte superior aparece un tema relacionada con la maternidad. En la transición con el nivel inferior se encuentra una barca muy esquematizada, unas redes de pesca y tres peces que nadan ajenos a la amenaza que les llega desde la superficie. Un hombre muy fornido ejerce, aparentemente, un oficio relacionado con la construcción. En el nivel inferior aparece otra figura humana que quizás maneja un gran bloque de piedra, pero cuyo significado real he sido incapaz de descifrar. A la izquierda se encuentra la firma: Horacio de Eguía, MCMLIX.

El desembarco del artista en Mallorca es realmente curioso. Nacido en Gernika, durante la Guerra Civil trabó amistad con un mallorquín llamado José Bauzá Sala quien le incitó a trasladarse a la isla. Una vez acabado el conflicto fratricida atendió la sugerencia de su compañero porque su familia había quedado desperdigada y comenzó a trabajar con el escultor Borrell Nicolau, autor del busto dedicado a Santiago Rusiñol. Su eclosión en la isla fue casi inmediata y se convirtió en uno de los artistas más populares de la segunda mitad del siglo XX.

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