En Jaume III hay dos bajorrelives de Pere Martínez Pavía situados en los dinteles de las puertas de los números 14 y 29. El primero está en el lado izquierdo de la calle si vamos en dirección a la plaza Joan Carles I y el segundo en el derecho, muy cerca del Passeig Mallorca.
El del número 29 es una combinación de manos y rosas. Ocho extremidades y cinco flores. Las primera en el plano inferior y las segundas en el superior. Se trata de una combinación que escapa del clasicismo sin atreverse a adentrarse en los terrenos de la abstracción. Está firmado, Pavía, en el angulo inferior derecho.
El bajorrelieve situado sobre el portal del número 14 de la calles Jaume III también muestra la autoría en el ángulo inferior derecho y guarda una cierta similitud con el friso de desnudos del mismo autor que se encuentra en la plaza de es Fortí. Dos hombres y dos mujeres que están recostados, aunque en esta ocasión, quizás por exigencia del cliente, vestidos.
¿Esculturas sobre los dinteles de las puertas? Quizás se trate de dar una bienvenida a los residentes y a las visitas. Nada de un frío y rectilíneo portal. Nada de adornos arquitectónicos que imitan los modelos clásicos -por otra parte muy repetidos en esta calle eminentemente comercial de Palma-.
Estos bajorrelieves murales son una acogida cálida, un abrazo amable a quien entra en el edificio. Como escribe el crítico Rafael Perelló Paradelo en Escultores contemporáneos en Mallorca, "Pavía ha realizado una escultura arquitectónica en la que ha sabido despojarse de su propia personalidad en beneficio de la máxima integración con el edificio y su entorno".
