Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sa torreta

La lluvia llegaba a Palma en barco

Dos personas suben al ´Cabo Prior´ en el dique del Oeste. Torrelló

La foto de Torrelló evoca una sequía. No la actual, sino la de mitad de los años 90. Mallorca se estaba quedando seca. No había desaladoras ni más recursos hídricos que los pozos y unos embalses que se encontraban en sus niveles más bajos y dejaban al descubierto construcciones que no se veían desde que el agua inundó Cúber y el Gorg Blau.

Entonces alguien tuvo una idea. Genial para unos, estrafalaria para otros. Salvadora para quienes miraban por los intereses económicos de las islas, desastrosa para los ecologistas. El proyecto consistía en traer agua de Ebro a Mallorca en embarcaciones destinadas al transporte de líquidos. Había nacido la Operación Barco. Una cooperación insólita en los tiempos que corrían entre el Govern del PP y el Gobierno del PSOE. Bartomeu Reus y Josep Borrell, en ambos lados de la mesa, se entendieron y lo que parecía una locura se hizo realidad.

Hubo protestas en ambas orillas. Las de los regantes tarraconenses. Las de los ecologistas mallorquines. El plan necesitaba dos barcos. El Móstoles cargaba agua en el Ebro, surcaba el mar y la descargaba en un buque contenedor que servía como tanque de almacenamiento desde el que el líquido llegaba a la red de abastecimiento de Emaya. Era el Cabo Prior, el que se ve en la foto, inmovilizado en el Dique del Oeste.

La Operación Barco tuvo un episodio esperpéntico y un epílogo de risa. El Sábado Santo de abril de 1995, el agua del primer viaje del Móstoles se contaminó en las bodegas recién pintadas del Cabo Prior. El preciado, deseado y escaso líquido tuvo que ser tirado al mar. El escándalo fue mayúsculo.

Corrían los años del desmembramiento del felipismo y todo valía para propiciar el acceso de Aznar al poder. Encarna Sánchez, la popular Encarna de noche, llamó al conseller Reus para que pusiera a caldo a los socialistas. El mallorquín, en un gesto que le honra, dijo que los aspectos técnicos eran responsabilidad del Govern y que nada podía achacarse a Borrell. La conversación acabó de inmediato.

Compartir el artículo

stats