Un grupo de residentes de Pere Garau se ha movilizado contra la última agresión racista que ha vivido el barrio. Tras el llamamiento realizado por el colectivo Flipau amb Pere Garau, una veintena de personas se concentraron el martes por la noche en la plaza del mercado municipal para mostrar su apoyo a la comunidad china, después de que seis mujeres de esta nacionalidad fueran agredidas mientras estaban bailando en el parque de la Guardia Civil, en la barriada vecina de Nou Llevant.

Los participantes colgaron de las puertas del mercado de Pere Garau un cartel con la inscripción "Fuera el racismo de nuestras calles". A los integrantes de Flipau amb Pere Garau se sumaron miembros de otras asociaciones de Palma.

A las 21 horas, cuando se reúne un grupo de mujeres chinas para bailar en la plaza entre las que están las seis agredidas, los vecinos les mostraron su apoyo y condenaron el ataque sufrido. Luego todos juntos interpretaron un baile típico de China como muestra de solidaridad.

"Hemos condenado el ataque, recordando que somos un barrio multicultural y queremos vivir en paz y tranquilidad, como vecinos", explica el colectivo en el comunicado conjunto que realizaron el pasado martes.

Los participantes de la protesta también acordaron un lema para que sea difundido en la barriada: "No toques a mis vecinos. Ninguna agresión sin respuesta".

Joana Ferrà, una de las integrantes de Flipau amb Pere Garau, recordó que la comunidad china se ha ido integrando con otras entidades. Algunas de ellas, como el centro educativo Huaiyue, colabora mucho con la asociación vecinal de la barriada, según explicó Ferrà.

La comunidad china se reúne casi cada noche en la plaza hacia las 21 horas para disfrutar del espacio público bailando. Por las mañanas se dan cita en el parque de la Guardia Civil, situado en Nou Llevant, donde se produjo la agresión del pasado viernes.

Un grupo de jóvenes atacó a las seis mujeres que estaban danzando. Uno de ellos utilizó una raqueta como arma y le asestó un golpe en la cabeza a una de las mujeres. Según las víctimas, el de la semana pasada no fue el primer acto violento sufrido. En anteriores ocasiones les han robado móviles o les han lanzado basura.