Un ciclista estrena la nueva dirección de la calle de Can Troncoso y se dirige desde Sant Francesc hacia la plaza de Quadrado. Y salva con suerte sus piernas, porque de repente le aparece un taxista -es decir, un profesional del volante- cortándole el paso porque ni se había dado cuenta de que había un disco de dirección prohibida.

"¿No ha visto la señal?", dice el ciclista tras pegar un frenazo. "Ah, ¿no se puede pasar por aquí?", se sorprende el taxista. Pues no, porque desde ayer funciona la reforma circulatoria en la plaza de Quadrado que obliga a los conductores a girar a la británica, es decir, en el mismo sentido de las agujas del reloj.

No hubo un solo policía regulando el tráfico en la plaza, a pesar de que era el primer día que funcionaban las nuevas señales de tráfico. Pero es que, para más inri, ni la propia Policía Local estaba al corriente de los cambios en la circulación.

Hacia las 12.30 horas aparece un coche patrulla en la plaza de Quadrado que venía desde los juzgados de sa Gerreria. Y para la sorpresa de los presentes, se mete en dirección contraria por la plaza y bloquea el paso a dos coches. El agente se baja del vehículo y se dirige hacia Tomeu Mateu, un conductor que estaba circulando tranquilamente por la plaza. El policía le reprende por ir en dirección contraria hasta que el propio automovilista y un periodista le explican que ayer habían cambiado las señales de tráfico. Incrédulo, el agente mira al suelo y una flecha que da la razón al conductor. Luego se fija en el disco de dirección contraria, que también confirma la tesis del conductor.

En ese momento, el municipal reconoce su fallo y pide disculpas a Mateu. "Pues usted tiene razón", dice el agente. "Es que nos habían llamado para decirnos que había gente circulando al revés y ni nosotros sabíamos que habían cambiado las señales", se justifica el agente. Y luego añade una frase lapidaria contra su propio Ayuntamiento: "Hacen las cosas como el culo, no avisan ni nada". El policía regresó al coche patrulla y se marchó del lugar como si no hubiera pasado nada.

La confusión campó a sus anchas durante todo el día. El agente no fue el único despistado. Pocos minutos después también le pasó lo mismo al exregidor de Urbanismo del PP Jesús Valls, hasta que un ciclista le advirtió de que estaba yendo al revés.

Albert Fernàndez, recepcionista del hostal juvenil de la plaza de Quadrado, observó el lío desde una posición privilegiada. "No ha habido información de ningún tipo", asegura.

El Ayuntamiento de Palma afirma que sí informó a las asociaciones vecinales. Además, a los residentes de la zona se les explicó el cambio circulatorio hace semanas en una carta que les envió el consistorio palmesano sobre la ampliación de la zona Acire de Santa Eulàlia.

Sin embargo, eran mayoría los vecinos y turistas despistados. Los caleseros y los controladores de la ORA eran los más cumplidores. Y los residentes protestaban por la falta de información.

"Tendrían que avisar mejor", opinaba Víctor Carrasco, vecino del barrio del Sindicat que se encontró los cambios cuando ayer por la mañana regresó a su garaje. "Me parece que esto del Acire está pensado solo para la gente del centro, pero no me parece bien que el resto de ciudadanos no puedan circular", agregó, aunque su sentir no era compartido por otros vecinos.

Otro sorprendido fue Miguel Bordoy, repartidor que ayer circulaba con su furgoneta: "El martes vine y se giraba normal y ahora vamos al revés. Esto es un puto caos".

Virginia Luna y Luis Campos, ambos vecinos, también lamentaron que "mucha información no ha habido". En cambio, celebraron con un "aleluya" la puesta en marcha de la ampliación de la zona Acire y que los turistas ya no vayan a poder circular por la zona a partir del martes.