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Casas invisibles

Nada parece más sólido y estable que la casa. Nos cuesta imaginar que el lugar donde vivimos antes fuera un descampado. O que algún día quede reducido...

Casas invisibles

Nada parece más sólido y estable que la casa. Nos cuesta imaginar que el lugar donde vivimos antes fuera un descampado. O que algún día quede reducido a ruinas, a cuatro paredes como ocurre con los lugares arqueológicos. Porque la casa es nuestro centro y punto de referencia.

Cuando caminamos por el casco antiguo, y junto a iglesias, conventos o murallas, vemos una prueba fehaciente de todo ello. Son esos agujeros en la pared, en fila y repartidos de forma regular, que ornan muchos muros antiguos. No se trata de oquedades caprichosas. Sino del sistema de sustento de las vigas de una casa o cubículo desparecido.

Durante siglos, el empleo de materiales de construcción era muy difícil y costoso. De manera que la gente se las apañaba para adosarse a un muro ya existente, o incluso aprovechar una edificación antigua y reutilizarla. Eso explica que en muchos rincones de la ciudad antigua se ganase espacio a base de techar espacios vacíos, cimentándolos con vigas que entraban en las paredes colindantes.

Después, con el paso del tiempo y de la historia, muchas de esas construcciones han desaparecido. Viviendas modestas, almacenes, rincones reaprovechados. Y lo que antes era un pequeño hogar, una habitación o una pieza adosada, se evapora por completo. Se convierte en una casa invisible. Si no fuera por esos fundamentos de viga, que delatan la presencia y la extensión de lo que ha desaparecido.

En los muros de la Seo son muy perceptibles esos antiguos añadidos. Y también en esas viviendas laberínticas del casco antiguo, construidas unas sobre otras. Con huecos extraños donde se aprecian los enganches de las vigas.

Cuando piensas que cada casa tiene su expediente de vidas, pasiones, dolores, muertes, padecimientos, goces y tantos otros sentimientos, parece mentira que todo ello pueda desaparecer sin más. Evaporarse.

Y dejar sólo como testimonio unos cuantos agujeros alineados en la pared.

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