No era el arca de Noé, pero se parecía más que ahora. En el centro de protección animal de Son Reus hubo durante años una leona llamada Nani, una tigresa, un camello, chimpancés, burros, buitres y otras especies, aunque desde su apertura hace cuatro décadas, los perros han sido los inquilinos más numerosos. De hecho, el centro fue inaugurado el 18 de agosto de 1976 con el fin de solucionar el grave problema de canes vagabundos que había en la ciudad. Sin embargo, a los perros se sumaron los animales de vida silvestre, porque "hasta que se creó el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de les Illes Balears (Cofib) -en 2004-, no había más lugares a los que llevar a los abandonados", tal como explica el director de Son Reus, Pedro Morell.

Cuenta que la leona y uno de los monos llegaron al refugio tras haber servido como atracción turística en s´Arenal. Cuando eran cachorros, había fotógrafos que los utilizaban como reclamo para retratar a los turistas con ellos en brazos, pero al crecer se acabó el negocio. Nani fue trasladada al centro municipal porque mordió a una niña, tal como relataba el director en 1983, Tomeu Colom, en un reportaje. Detallaba que era "un quebradero de cabeza" porque, por su tamaño, nadie la quería adoptar y tampoco podía ser llevada a un zoo debido a que, por su edad (tres años), iba a ser rechazada por la manada. Finalmente, la acogió una mujer de Son Servera que construyó una jaula adecuada para la leona, según recuerda Morell.

7.000 canes en 1976

Las crónicas de la inauguración destacaban que era un centro muy moderno e innovador para la época, ya que no se limitaba a la recogida de animales, sino que también asumió las funciones de prevención de epizootias en toda la ciudad. Palma tenía en 1976 cerca de 7.000 perros, entre los controlados y los vagabundos, y Son Reus contaba en principio con 40 jaulas, aunque después se ampliaron las instalaciones y actualmente hay un centenar, además de un hospital y un aula para talleres educativos.

El director del centro destaca que el principal cambio durante estos años ha sido "el cambio de mentalidad. Antes se recogían los perros de la calle y se acabó. Apenas había adopciones y las mascotas no llevaban chip, por lo que cuando se perdían, también era muy escasa la recuperación por parte de sus propietarios", señala. Como no había internet, las adopciones se publicitaban en el tablón de anuncios de Cort, que casi nadie miraba, mientras que ahora las visitas a la página web superaron las 200.000 este primer semestre del año. En 1999, las adopciones fueron unas 400 y el año pasado, casi 1.600. "En la última década, la sociedad se ha concienciado cada vez más y eso es bueno", concluye.