No solo los empresarios afectados por el aluvión de inspecciones denunciaron la relación directa que tenía Carlos Veramendi con el oficial que ejercía de jefe de la Patrulla Verde, Gabriel Torres, uno de los funcionarios implicados en la trama corrupta. También lo han confirmado varios de los agentes que realizaron estas actuaciones policiales.

Estos funcionarios declararon en su momento que su jefe nunca realizaba inspecciones en locales, sobre todo si se hacían de noche. Sin embargo, Torres acudía personalmente a casi todas las comprobaciones que se programaban en los locales nocturnos de la zona de la calle Industria. Los propios policías no entendían esta situación, si bien pronto la relacionaron con algún tipo de influencia política que habría sufrido la Patrulla Verde para que se sometiera a estos bares de noche a un constante control.

Aunque ayer Veramendi negó que tuviera el número de teléfono personal del jefe de la Patrulla Verde o de cualquier agente de esta unidad, varios testigos han señalado lo contrario. Algunos de estos policías apuntaron que, cuando se inspeccionaban los locales de esta zona, Gabriel Torres salía siempre a la calle para hablar por teléfono. Nunca les dijo el nombre de su interlocutor, pero la mayoría llegó a la conclusión de que se trataba del exdiputado del Partido Popular.

Veramendi negó ayer, tal como apuntó un testigo, que en alguna ocasión llegó a confesar a los empresarios que disponía del teléfono de la Patrulla Verde. Los testigos han asegurado que cada vez que el político llamaba a la Policía Local, inmediatamente se realizaba una inspección en un local. A otro vecino le comentó, si bien Veramendi lo negó ayer en su declaración ante el juez, que le molestaba el susurro que ocasionaba la presencia de clientes en las terrazas de estos negocios.

Varios empresarios han denunciado que este acoso policial les ocasionó perder mucho dinero, porque la Policía Local lograba ahuyentar a los clientes.