La música llena la noche en las discos de la ciudad. Las de hoy y las de medio siglo atrás. La diferencia es que la actual estará enlatada o metida en un ordenador y la de mitad de los años 60 sonaba en vivo y en directo. A veces con las más afamadas orquestas mallorquinas y otras con la visita de relucientes estrellas internacionales.
En Tito's actuaban The Golden Quartet o la Orquesta de Nanni Jannello cuando no se asomaba por el escenario el gran Charles Aznavour. Rosales fue sala de fiestas -entonces casi nadie hablaba de discotecas- antes que bingo y en su escenario reinaban los Casino de España y Los Mayorales. En el Cábala, que presumía de climatización, animaban la noche Els Talayots de Toni Morlà. La entrada con derecho a consumición costaba entre 50 y 60 pesetas, de 30 a 36 céntimos en la traducción a euros. Los Cromáticos eran los protagonistas de Bitácora, sala que estaba en el hotel Jaime I. Buena parte de la oferta nocturna se congregaba entre Can Pastilla y s'Arenal. Allí estaban el Cortijo Vista Verde, Jardín Bohío, Moulin Rouge, El Granero -el nombre se las trae-, Bácomo, Babalú...
La lista de grupos puede continuar con Toltec, los Beta Quartet... Entre las salas faltan Jartan's, Sésamo, Índigo, Haima o Sloopys... Sin embargo, si un grupo perduró en la noche de Mallorca es Los Javaloyas, que en verano de 1966 tocaban en El Chico del hotel Bahía Palace y eran presentados como "virtuales triunfadores del festival de la Canción de Mallorca".
Sorprende el eclecticismo en la programación. Junto a los grupos de "ritmos modernos" se programaba sistemáticamente el ballet español. Un repaso a la programación de la época nos descubre los grupos de las Hermanas Serrano, las Hermanas Bernal, Eduardo Montero, Teo Santelmo, Benito Albéniz...
Las estrellas iban a Tito's -Petula Clark, Dusty Springfield, Sandie Shaw...- o a Tagomago -Tom Jones, Udo Jurgens (ganador del festival de Eurovisión), Los Bravos...-. En la noche de los 60 brillaban las estrellas con voz. No los Dj. A los que hoy son estrellas, se les llamaba despectivamente pinchadiscos.
