Con la llegada del verano, las visitas de megayates a las aguas mallorquinas se disparan. Un simple vistazo a la bahía permite observar todas las tendencias del sector, desde embarcaciones ostentosas recién construidas hasta naves preparadas para realizar navegaciones más aventureras. También hay barcos que nacieron con un propósito muy diferente al del ocio (comercial o militar) y que luego han sido reconvertidos. E incluso hay yates que han llegado con otra nave auxiliar en la que le transportan los lujos que no caben en el primer barco.

Todos estos tipos de barcos de recreo ya han visitado la bahía esta temporada. Por ejemplo, la semana pasada llegó el Activity, un gran yate de 88,5 metros de eslora , construido en Holanda. Entró en servicio hace dos años y va dotado de todas las comodidades típicas de estas embarcaciones. Pero además llegó con él un barco auxiliar de 69 metros de eslora, el Intrepid, en el que viajan, entre otras cosas, elementos de diversión náutica para los invitados del Activity.

Otra pareja del mismo tipo llegó este fin de semana y fondeó frente a Punta Portals. Se trataban del Ace, una embarcación de 85 metros construida en Alemania en 2012, y su buque auxiliar Garçon, con prácticamente idénticas características que el Intrepid. Son barcos casi iguales (vienen del mismo astillero holandés), aunque el Garçon es dos metros más corto.

Las naves auxiliares son una nueva tendencia entre los yates de superlujo. De esa forma, la embarcación principal tiene más despejadas las cubiertas y otras zonas comunes y les permite llevar más instrumentos de ocio. Tanto el Intrepid como el Garçon están dotados de una potente grúa y pueden transportar grandes lanchas. Asimismo incorporan un helipuerto.

Pero la bahía no solo la visitan los megayates de diseño y ostentación. También llegan otros que, sin obviar para nada el lujo, disponen de otras características que los hacen idóneos para navegaciones por lugares inhóspitos. Tal es el caso del Steel, una embarcación que actualmente está en reparación. Tiene la clasificación para navegar entre el hielo y adentrarse en zonas polares. O el Turmoil que estuvo en los astilleros hasta hace unos días. Es una nave construida en Dinamarca en 2006 y apta para realizar expediciones.

Reconversión hacia el lujo

Otros tienen un pasado comercial, como el Arctic P, que estuvo en Palma hace ya unas semanas y que suele venir casi todas las temporadas. Se trata de un antiguo remolcador de altura construido en Alemania en 1970 y que empezó navegando originalmente con el nombre de Arctic. Prestó sus servicios por todos los mares del planeta durante más de veinte años, hasta que fue reconvertido en yate de lujo, con todas las prestaciones de un barco de recreo, pero conservando las características náuticas de cuando era remolcador.

Y también los hay con un pasado militar, como el Titán. Es un yate que vino también hace unas semanas y que originalmente era un buque oceanográfico de la Royal Navy, concretamente el Beagle construido en 1969. Pasados los años fue vendido y transformado en yate, aunque conservando en parte su silueta clásica de buque de investigación.

Con los años Palma, y en general toda Mallorca, se ha convertido en un lugar de paso de todo tipo de embarcaciones de ocio. Cada vez sus aguas resultan más atractivas para el sector del lujo, lo que ha supuesto que los astilleros de la ciudad se hayan especializado para atender las necesidades de clientes de gran poder adquisitivo.