El Ayuntamiento paralizó ayer las obras ilegales ejecutadas en el local del antiguo restaurante s'Eixerit, ubicado en la primera línea del Molinar. Agentes de la Patrulla Verde de la Policía Local ordenaron la detención de los trabajos y precintaron el lugar tras la denuncia de las entidades vecinales Vogar i Ciar y Salvem el Molinar, quienes advirtieron a la regiduría de Urbanismo de que las obras carecían de licencia, tal como explicó ayer el concejal, Antoni Noguera.

Los nuevos responsables del negocio, que también regentan los restaurantes Cocco y Tapas Club, en la misma calle, tenían la reforma muy avanzada y habían comentado a varios residentes de que pretendían abrir el próximo mes, según señalaron fuentes de las entidades vecinales.

Uno de sus miembros acudió recientemente a Urbanismo ante la sorpresa del cambio radical que estaban haciendo en el conocido establecimiento y la inexistencia del preceptivo cartel municipal con la licencia correspondiente. Los funcionarios le confirmaron que el local, ubicado en la calle Vicari Joaquín Fuster 73, no tenía permiso de obras.

También le informaron de que el departamento de disciplina urbanística había iniciado un expediente sancionador, tal como corroboró el director general de Urbanismo, Biel Horrach. "Se ha seguido todo el procedimiento y ha concluido con un decreto de cierre, firmado ayer [el jueves], debido a que estaban llevando a cabo una gran obra sin licencia", en palabras de Horrach.

El pasado martes, durante la gerencia de Urbanismo, tanto la Federación de Vecinos como la asociación proteccionista ARCA advirtieron a los responsables del área de su preocupación por los cambios estéticos que estaba sufriendo la tradicional barriada marinera en la primera línea, como indicó el director general. Y el departamento de disciplina urbanística comunicó ayer a la Patrulla Verde la orden de cierre del antiguo s'Eixerit.

Los agentes conminaron a ello a los responsables de la ilegalidad y a llevarse del recinto el material de obra, una tarea realizada por los obreros durante toda la tarde mientras los agentes locales les vigilaban, según Horrach.

Las entidades denunciantes lamentaron ayer en una nota de prensa que el establecimiento "ha sido reconvertido en un gran local de ocio, desfigurando su fachada original sin respetar ni un ápice la estética tradicional de esta emblemática barriada".

Exigen una moratoria

Extrapolando el problema, creen que las medidas urbanísticas adoptadas por Cort en el Molinar "resultan del todo insuficientes para atajar de forma efectiva las continuas agresiones durante los últimos años, que han generado un proceso de transformación acelerada que hará desaparecer tanto su idiosincrasia como a sus actuales vecinos". Por ello, exigen una moratoria urbanística.