La testigo que ha denunciado este episodio de amenazas detalló al juez Penalva y al fiscal Subirán que su expareja cuidaba más la relación que tenía con sus compañeros policías, que con ella y su hija. En su declaración explicó que este grupo de policías, al que pertenecía Ernesto, alardeaban en público que eran "los niños mimados del PP, lo tenemos bien". Así explicaban que, a pesar de que robaban droga a los traficantes y objetos a los vendedores ambulantes, nunca les pasaba nada, ni recibían ningún tipo de sanción. La mujer señaló que su pareja estaba especialmente protegido por su padre, un policía local retirado, "muy relacionado con el PP". Gracias a ello obtenía impunidad y protección de "los mandos de la Policía Local" de Palma.

Aseguró también que este grupo de amigos policías, no solo no pagaban las consumiciones que tomaban en los locales nocturnos del Paseo Marítimo de Palma, sino que también eran invitados a tener relaciones sexuales gratuitas con prostitutas. "Tenían los contactos necesarios para que hicieran lo que hiciesen gozaban de impunidad". La mujer también denunció que Ernesto se ponía constantemente de baja laboral, no porque tuviera una enfermedad, sino para poder salir de fiesta con sus amigos. A ella misma le chocaba la facilidad que tenía para que un facultativo le firmara la baja médica.

En su declaración la testigo extendió las acusaciones contra su exsuegro, al que acusó también de alardear de tener contactos con el Partido Popular y con los propietarios de los establecimientos de ocio de Palma. Gracias a esta buena relación "desayunaba, comía, cenaba y salía de fiesta gratis".