Pedro T., un alto funcionario de Cort, habría exigido sexo gratis a un empresario que dirigía un negocio de prostitución, a cambio de proporcionarle las licencias oportunas para poder continuar la actividad. Esta acusación la realizó el antiguo propietario de un conocido club de alterne de Palma, que además de este negocio también había explotado algunos locales nocturnos, donde la Policía Local habría realizado numerosas redadas antes de que varios de sus agentes habrían exigido dinero para evitar estas inspecciones. Este testigo, que se sintió atemorizado ya que le insinuaron (aunque no dice quién fue) que podrían hacerle daño a su hija de cuatro años, compró un negocio donde se prostituían mujeres, travestis y transexuales. Detalló al juez Penalva y al fiscal Subirán una lista de agentes de la Policía Local, la mayoría de ellos de la Patrulla Verde, que le habrían exigido tener relaciones sexuales gratuitas, a cambio de permitirle que continuara con este negocio. No solo acudían al piso agentes de la autoridad, sino que también lo hacía, según el testigo, el funcionario del Ayuntamiento de Palma, PedroT., que se encargaba de tramitar las licencias de los negocios. Este funcionario de Cort estuvo hasta hace poco en prisión por su implicación en la trama policial, ya que habría tramitado durante un fin de semana la sanción express que motivó el cierre del local de El Ico. Este trabajador local acudió a declarar hace varias semanas de nuevo ante el juez y detalló el poder de influencia que desarrollaba José María Rodríguez, del PP, en el departamento de licencias municipales del Ayuntamiento de Palma.
Según el empresario, Pedro T. , "me hizo ver el poder que tenía para conceder, revocar y clausurar locales". También le indicó que "podría favorecerme si le permitía tener sexo gratis". El testigo no pudo detallar las ocasiones que el funcionario municipal acudió al prostíbulo, pero lo hizo en más de una ocasión.
El testigo también nombró a otros implicados en la trama corrupta. En concreto, confirmó que Gabriel T., el oficial que dirigía la Patrulla Verde, era otro visitante habitual del prostíbulo y "disfrutaba de sexo gratis". Lo mismo hacía el subinspector, jefe de esta unidad, Bartomeu C., que acudía al piso acompañado del policía que le hacía de chófer. "No pagaba ningún policía local", insistió en su declaración realizada hace un mes y medio.
El empresario se cansó de "tantas injusticias, de sufrir presiones, de amenazas contra mí y contra mi familia". Por ello, decidió abandonar el negocio y traspasarlo. "No tenía porqué soportar las humillaciones y que los policías tuvieran sexo gratis y dispusieran de mi negocio como si fuera de ellos". El testigo reconoció que nunca le exigieron dinero, solo sexo gratis.
