-¿Cómo se enteró del proceso de selección para ser jefe?

-Por Google. Creé una alerta y, cuando salen temas de policía local en la red, me avisa. En septiembre del año pasado me enteré por Google que estaban buscando un nuevo jefe. Fui siguiendo el proceso por la prensa. Cuando se publicó el decreto de equivalencias y vi que podía optar, llamé y me ofrecí para el puesto.

-¿Por qué se animó a venir a Mallorca con lo cómodo que habría sido quedarse en Girona?

-Me quedan seis años antes de jubilarme. Era el momento de plantearme qué quería ser de mayor: pasar mis últimos años con una situación muy consolidada o marcarme un reto como este de venir a un cuerpo más grande y a una ciudad desconocida.

-Ser jefe de la Policía de Palma está muy bien remunerado. Seguro que tuvo en cuenta los 90.000 euros anuales de sueldo.

-No. Pero evidentemente venir para perder dinero sería de gilipollas. Yo cobraba allí unos 80.000 euros. En la administración no hay grandes saltos.

-Dentro de un año habrá un alcalde soberanista. ¿Tendrá problemas para trabajar con él?

-No, no, ninguno. Lo que pasa es que no acabo de entender qué significa en Balears ser soberanista.

-No son abiertamente independentistas, pero defienden el derecho a decidir.

-Pero ¿y quién no está por el derecho a decidir?

-Hay partidos que no...

-[Sigue su respuesta] Sí, pero como concepto? Si decidimos entre los vecinos de qué color pintamos la escalera, es que... Bueno, en fin.

-Hablemos del día de su presentación como jefe de la Policía. ¿Nadie revisó su certificado de catalán antes de su firma?

-No. Nos encontramos con la paradoja de que allí se me reconoce el nivel de catalán, pero no por una titulación sino por una prueba. Y aquí se pedía una titulación.

-Fue llamativo que usara el artículo salado en su discurso de bienvenida.

-Lo intenté, porque leí por ahí que venía a colonizar Palma? Quise demostrar que venía a trabajar.

-¿Qué le parece Palma? ¿Ha tenido tiempo para hacer turismo?

-No he tenido nada de tiempo.

-¿Es la primera vez que pisa la isla?

-No. En el año 79 estuve un mes en Inca, porque al acabar el servicio militar tenía un amigo de allí. Aquella Mallorca no tiene nada que ver con la de ahora. Y una vez volví durante un día con un crucero. Di una vuelta por la Catedral y volví al barco. Como los guiris.

-¿Ya ha encontrado casa? Los alquileres están por las nubes.

-Ya lo sé, ya? Lo estoy sufriendo [ríe]. Estoy buscando un apartamentito pequeñito para vivir con mi mujer. Si puede ser bien situado y coqueto y que me permita relajarme lo poco que estaré en casa.

-¿Qué le faltará de Girona?

-Es una ciudad encantadora y se vive muy bien. Allí no solo dejo mi casa y a mi hija. También dejo amigos, a mi madre y mi abuela.

-¿Espera quedarse en la Policía de Palma hasta su jubilación?

-Mi idea es que sí. Si todo funciona bien y hago bien mi trabajo, espero quedarme.