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Sa Torreta

Aterrizaje frustrado en Can Pere Antoni

El aparato de Salvador Hedilla sobrevuela la playa.

Julio de 1916 comenzó con emociones fuertes en Palma. Además de la inauguración del servicio de tranvía eléctrico, con su trágico epílogo en forma de accidente mortal, se vivió la primera travesía aérea entre la la capital catalana y Mallorca. La prensa lo llamaba el raid Barcelona-Palma. Según las crónicas de la época, había mucho escepticismo entre los palmesanos sobre la posibilidad de cubrir esa distancia desde el aire. Las dudas se incrementaron cuando problemas técnicos obligaron a suspender la travesía en hidroaviones y se decidió sustituirlos por aeroplanos.

Se fijó la fecha del 2 de julio para la llegada de los aviones. Los pilotos iban a ser Salvador Hedilla y Francisco Coterillo, aunque este último no pudo despegar a causa de una avería. El plan era aterrizar en Can Pere Antoni a las siete de la mañana. Desde una hora antes, las calles de Palma estaban abarrotadas de ciudadanos expectantes. Las bandas de música amenizaban la espera y los más escépticos seguían poniendo en duda que fuera posible salvar el mar volando.

Poco después de la hora establecida se escuchó un rugir de motor. El público comenzó a vitorear al piloto y a saludar con pañuelos. El aparato dio una vuelta sobre el puerto, se acercó a el Terreno y desde allí al Molinar. Cuando Hedilla se disponía a tomar tierra se percató de que la improvisada pista era insuficiente y que se ponía en peligro la seguridad de los espectadores. Levantó el vuelo cuando ya estaba a pocos metros del suelo y se dirigió hacia s'Arenal. Al final se posó en un campo de rastrojos de Son Sunyer.

Tomás Darder llegó a Son Sunyer con su Hispano, saludó a Salvador Hedilla y le invitó a tomar asiento en su coche. Recorrió las calles de Palma convertido en un héroe moderno aclamado por el pueblo. Así empezó la historia de los viajes aéreos entre la isla y el continente. Una aventura que hoy se ha convertido en cotidiana. Cada día aterrizan cientos de aviones en Son Sant Joan. Cada año más de veinte millones de personas cruzan el mar para acercarse a Mallorca.

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