A las doce del mediodía, puntuales como cada año, dispararon el chupinazo al aire y los asistentes -mayoritariamente vestidos de blanco y con pañuelo rojo- gritaron y saltaron. Los sanfermines de Palma, en los que los protagonistas son el alcohol y las pistolas de agua, se celebraron por segundo año consecutivo en la finca Sa Possessió del polígono de Son Rossinyol. En 2014 tuvo lugar la última edición en las calles colindantes al Bar España, debido a la masificación y las molestias que causaban al vecindario y a las calles comerciales. Pero, aunque las cifras de público han disminuido considerablemente desde que hay que coger el coche para ir a la fiesta, la tradición no ha cambiado: ayer Los Estupendos Burruños abrieron la fiesta con su divertida charanga. Para quienes tuvieron más aguante, la diversión continuó hasta la tarde con Pachamama Percussió, el dj Eclèctic Sound System y el Combo Bulla.