Después de más de dos meses, Palma se ha deshecho de todas las pintadas contra el turismo. Las ocho inscripciones que quedaban a principios de esta semana en edificios protegidos han sido eliminadas, después de un largo proceso para garantizar que las fachadas catalogadas no sufrieran más daños.

El acto vandálico contra el patrimonio fue cometido el pasado 11 de abril y se pintaron más de 110 mensajes. El primer centenar fue eliminado a las pocas semanas de su aparición. Las quince restantes estaban en edificios protegidos, por lo que la brigada de limpieza de grafitis de Emaya necesitaba el permiso del Consell de Mallorca antes de borrarlas.

La autorización de la institución insular llegó un mes después. En algunos edificios las borraron en el mes de mayo, porque los operarios de la empresa pública tenían la seguridad de que no iban a dañar la pared. Durante esta semana han intervenido en las ocho pintadas restantes en las calles de Can Dusai, Caputxines, Sant Alonso, Gerreria, Àngels, Posada de Santa Teresa, Sastre Roig y Pelleteria. Eran las que podían implicar más daños contra las fachadas de los edificios, porque estaban en muros de piedra o de marés. Ambas superficies pueden dañarse con facilidad, por lo que realizaron una prueba con los productos químicos antes de proceder a la eliminación de las pintadas, que ayer se terminó con éxito.