Los exjefes de la Policía Local de Palma, los comisarios Joan Mut y Antoni Morey, se encuentran desde el pasado 22 de febrero suspendidos de empleo y sueldo, y con un expediente disciplinario abierto a instancias del alcalde, José Hila, por distintos motivos y por unos hechos que pueden ser constitutivos de la comisión de faltas graves y muy graves.
La suspensión de ambos comisarios, los únicos que quedaban en activo en el Cuerpo, puesto que a Miquel Pericàs, que ocupaba el cargo en comisión de servicios, se le "degradó" a mayor, propició que el mayor Antonio Bravo asumiera provisionalmente la jefatura del Cuerpo el pasado mes de febrero, un cargo que abandonará cuando el nuevo jefe sea nombrado, tal como estaba previsto. El trabajo desarrollado por Bravo al frente del Cuerpo a lo largo de estos tres últimos meses ha sido elogiado en varias ocasiones por el alcalde, José Hila, quien ha manifestado que está "tranquilo" dada la "profesionalidad y buen hacer" del mayor.
Pese a lo anterior, Bravo no puede aspirar a ser nombrado jefe definitivo, puesto que, en el caso de la Policía Local de Palma, solo puede serlo o bien un comisario o un intendente. En estos momentos, el Cuerpo no dispone de ningún intendente. El último que ocupó este cargo fue el también exjefe de la Policía Local palmesana Antoni Vera, quien lo ocupaba de forma interina.
Sin embargo, Vera tuvo que dimitir como jefe por la trama de corrupción policial y su presunta participación en el amaño de unas oposiciones a mayor. Por este mismo caso dimitió Enrique Calvo como director general de Seguridad Ciudadana en tiempos del exalcalde Mateo Isern, quien ocupaba también un cargo en una junta de distrito del PP palmesano.
