No hace ni dos años que Joaquim García Esteve se mudaba unos doscientos metros, de la Costa de sa Pols pasaba a Misión para reducir gastos de alquiler. En ambos casos, se situaba en los bajos. La mudanza no ha bastado. A finales de este mes, el negocio Tot Clàssic, "la última tienda independiente de música clásica de España", subraya, echa el cierre.
"Pensé que el cambio sería un balón de oxígeno para aguantar más tiempo pero este año las cuentas no salen. No puedo seguir. Es imposible trabajar para pagar proveedores", cuenta.
Una banda blanca de lado a lado del escaparate lanza el S.O.S. a la calle. Liquidación. Uno de los vocablos más repetidos en el pequeño comercio de Palma. De España. De Europa. Le quedan más de 3.000 productos, entre cd´s y dvds, todos escogidos bajo la misma premisa, la calidad de los registros. Ahora el aficionado tiene una oportunidad de echarle un cable. Los vende con un descuento del cincuenta por ciento. Música clásica, jazz y las llamadas músicas del mundo.
Este hombre que dejó su Barcelona natal cuando tenía 29 años ante la llamada del comercio Mallorca Clàssic, y que acabó montando su propio negocio, Tot Clàssic 16 años atrás, asume que son muchas las causas que explican la crisis en el sector. "Por un lado está la competencia de la red, las descargas gratuitas, y que hay un interés menor por la música clásica. El problema es que no hay recambio generacional, y los clientes que tengo, que son muy buenos, ya tienen todo el material. Traer algo tan concreto, ya me resultaba inviable", enumera.
Es uno más de las miles de personas que a los 50 años se encuentra sin trabajo, con unas expectativas inmediatas inciertas. "Esta tienda ha sido mi proyecto de vida. Te puedes imaginar cómo estoy", dice sin pizca de dramatismo.
Sin duda, el hachazo provocado por el actual gobierno en funciones de Mariano Rajoy que ha sangrado a buena parte del sector al aplicar el 21 por ciento de IVA ha sido el golpe de gracia.
"Cuando se lo cuento a mis clientes extranjeros no pueden creerse que una cuarta parte se destine a impuestos", comenta.
La música sigue sonando en Misión. Lo hará hasta el final. Palma pierde otro lugar donde se vendía algo más que cosas, se vendía música. En unas semanas se hará el silencio. Joaquim hará cajas. Le dará vueltas a una pregunta desesperante. ¿Y ahora qué? Verdi podría musicarle un Requiem que por desgracia es ya la nota común de tantos y tantos negocios de una ciudad en plena mudanza. Suerte.
