La payesa Aina Noguera, de la finca de Son Cànaves, elaboró el miércoles el queso fresco que unas horas después degustaron varios usuarios de la plataforma digital La colmena que dice sí. "Ya están empezando a crecer los tomates, solo falta que se vuelvan rojos", comentaba Aina con Pere Calafat, de la bodega Jaume de Puntiró, mientras repartían los pedidos en el Secar de la Real. José Marcellán fue a recoger el suyo y es uno de los 250 inscritos que hay en Palma desde que se implantó hace dos meses este modelo de venta de productos agrícolas. "La combinación de internet con una oferta local y ecológica parece una iniciativa con gran futuro, porque cada vez miramos más lo que comemos y buscamos lo auténtico", tal como afirma José, que ha dejado de ser cliente habitual de las grandes superficies.

Pere, el vinatero, señala que otra ventaja de esta plataforma es que "ofrece la oportunidad de que los productores entren en contacto con los consumidores y se conozcan. No compran en una tienda, sino directamente a nosotros, por lo que les podemos explicar que hemos recolectado las cebollas hoy mismo y que la próxima semana habrá tomates", ejemplifica. Además, "como los usuarios eligen qué productos quieren a través de la página web, es muy fácil informarles de las novedades con antelación", añade. "La agricultura es muy viva, depende de la temporada, por lo que este sistema de venta permite anunciar los cambios en la oferta", especifica Aina.

Originaria de Francia

La colmena que dice sí nació en Francia hace solo cinco años y desde hace dos se ha expandido a otros países europeos y varias ciudades españolas. En Palma, el introductor es Daniel Masllovet. "Conocí la plataforma cuando trabajaba en Barcelona y la idea me encantó, porque acerca los agricultores a la ciudad", destaca sobre lo que llama "el Airbnb de la comida ecológica". También utiliza otro término en boga con el que definir su cometido todos los miércoles de 19,30 a 21 horas: "Instalo una pop up store, un mercado efímero", ubicado en la calle Pinar, en el recinto del club de fútbol La Unión, en el Secar de la Real. No obstante, su intención es encontrar otro espacio más céntrico en la ciudad. Y a partir del próximo mes, los usuarios podrán solicitar recibir el pedido en casa -si residen en Palma- pagando cinco euros extra. "El máximo es lo que quepa en una caja de 40x40x40 centímetros, ya que me desplazaré con una moto eléctrica", indica.

Por ahora, los consumidores van al Secar de la Real a buscar los productos solicitados -tienen de plazo hasta el lunes- y escogidos entre siete productores: vinos de Jaume de Puntiró; fruta, verdura y lácteos de Son Cànaves; pan y galletas de Pane Nostro; cerveza artesanal de La Forastera; aceite Oli Novembre; oferta diversa de Biogranja La Real; Mel l'Horta de Pollença y cordero ecológico. Ellos establecen los precios y el responsable de La colmena en Mallorca y la plataforma se llevan una comisión por las ventas.

"El precio es mucho más justo que en un supermercado, porque compras directamente al payés, que es quien conoce el valor de sus productos", en palabras de Daniel Masllovet, cuyo objetivo "no es otro que facilitar que la gente pueda comer alimentos ecológicos", debido a que él tuvo un problema de salud que logró solucionar tomándolos.

La usuaria Maria Pau Sancho destaca de La colmena no solo la calidad de la oferta, sino también la celebración de eventos para dar a conocer el trabajo diario de los productores. Ella acudió a una calçotada, Son Cànaves organizó la jornada 'Del camp al plat' y la bodega Jaume de Puntiró prevé otra en su viñedo. La finalidad es acercarse a la comunidad.