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Palma a la vista

Disparos desde el puente

Los puentes unen por eso hay quien dispara desde ellos y quien los derriba. L.D.

Alguien ha dibujado sobre el Pont de les Vies un soldado que dispara corazones. Quizá no sabe que ese puente es una mala copia del original construido por el arquitecto Gaspar Bennàssar en 1927 y que, estando protegido como Bien Catalogado, lo derribaron en 2005 entre Mabel Cabrer, consellera de Obras Públicas, Bartomeu Vicens, conseller de Territori, y Catalina Cirer, alcaldesa de Palma. Hoy uno de ellos está en la cárcel, Vicens, quien ni siquiera abrió expediente para que se investigaran los hechos de tal sabotaje al patrimonio de la ciudad. Gobernaban Jaume Matas en el Govern y Maria Antònia Munar en el Consell. Ya sabemos donde está la una, donde estuvo el otro, y donde puede que vuelva éste último. ¿Balas de corazones?

Palma ha perdido demasiado tejido cultural sin que nadie asuma sus responsabilidades. El derribo del Pont de les Vies además se hizo a oscuras. De madrugada, sin avisar. Ni siquiera convocaron a los medios como les gusta hacer a los políticos cuando quieren ejemplificar con sus juegos de artificio.

Algunos ciudadanos y entidades como el Gob y ARCA, se movilizaron para evitar el atentado que otros, que criticándolo también, minimizaron ante el mayúsculo atropello que se cometió con la destrucción del vecino Parc de ses Estacions. También los arquitectos se mostraron estupefactos ante la ignominia. Ángel Moranta, vocal del colegio por aquel entonces, desmintió al Govern cuando aseguró que se habían protegido todas las piezas "de interés arquitectónico", ya que "se demolieron piezas de mampostería y de piedra que se tendrían que haber recuperado".

¿Cómo es posible que a alguien que lanza una piedra contra un escaparate le cae una sonora multa, e incluso puede acabar con sus huesos en la cárcel, y a la Administración, elegida por consenso democrático, que derriba con alevosía ni más ni menos que un bien público, protegido no le pase nada? La fiscalía no admitió las denuncias y la que puso ARCA se retiró cuando Cort quiso enmendar su culpa levantando la actual copia.

En este juego sucio, cansino por reiterativo, alguien debería recordar que los puentes sirven para unir orillas distintas, pueblos alejados, ciudades distintas. Los puentes son efectivamente arquitecturas de unión. Quizá esa persona que haya dibujado un soldado que dispara corazones sobre el Pont de les Vies tenga razón y quiera jugar a los contrasentidos.

A quién benefició la demolición de un puente que Bennàssar levantó adelantándose a su época en algunos aspectos como el uso del hormigón, infrecuente en aquella época. La copia actual no podrá sustituir jamás al original, ni tapar la vergüenza morada. Como el color de los corazones del soldado.

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