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Trama corrupta

Indagan si policías locales cobraban a varios negocios de la ruta Martiana

Un grupo de vecinos de sa Gerreria denuncia al juez que varios locales de esta zona nunca recibían multas a pesar de que no cumplían los horarios de cierre

Miles de personas acuden los martes a la ruta Martiana, en el barrio de sa Gerreria. b. ramon

La investigación por la presunta trama corrupta que salpica a la Policía Local de Palma se dirige hacia otro barrio de la ciudad. En concreto, hacia la barriada de sa Gerreria y sobre todo hacia la zona donde se concentran los bares que constituyen la denominada ruta Martiana, que se celebra cada martes desde hace unos cinco años. Un grupo de representantes de los vecinos de esta barriada de Palma han denunciado al juez las sospechas de que determinados policías locales, que pertenecen a la Patrulla Verde, estarían protegiendo a una serie de locales, permitiéndoles que cerraran más tarde del horario nocturno permitido.

Hasta ahora las denuncias contra las actuaciones de los agentes habían sido a título personal. Muchos empresarios del sector nocturno de la ciudad llevan semanas denunciando que una serie de policías les pedían dinero a cambio de que no les realizaran inspecciones, con las consecuencias que ello acarrea. Si no pagaban, las inspecciones se multiplicaban y se realizaban en los horarios que más daño hacían al negocio. Si pagaban, la Policía ni siquiera se acercaba por dicho local, aunque su propietario no cumpliera con todos los requisitos que le exigían las ordenanzas municipales.

Sin embargo, la nueva denuncia que ha recibido el juez no la presenta un empresario a título personal. La presentan un grupo de vecinos de una barriada de Palma que se sienten perjudicados por la actuación de la Policía Local.

La denominada ruta Martiana se inició hace unos cinco años. Miles de personas se concentraban en el casco antiguo de Palma y realizaban visitas a determinados negocios de esta barriada, para comer pinchos. Esta experiencia gastronómica se repetía cada martes y provocó la apertura de una serie de locales en esta zona de Palma.

Pero al mismo tiempo que aumentaba cada día la presencia de personas en estas calles de la ciudad, los vecinos de esta barriada se quejaban del exceso de ruidos. Muchos decían que la situación nocturna era insoportable, puesto que al no caber todo el público en el interior del local, los clientes se concentraban en la calle. La gente comiendo, bebiendo y hablando en la calle provocó que muchos vecinos del barrio de sa Gerreria y de sus alrededores denunciaran que por la noche era imposible dormir. Denunciaban que las concentraciones de público que participaba en este fenómeno nocturno que representaba esta denominada ruta Martiana se alargaban hasta bien entrada la madrugada.

Fueron muchos los vecinos que denunciaron esta situación y exigieron a la Policía Local que realizara controles del nivel del ruido para comprobar si estos locales respetaban estas normas de convivencia. Los representantes de los vecinos afectados por esta conocida ruta gastronómica denunciaron al juez que detectaron que varios locales tenían un cierto trato de favor con respecto a otros negocios de la competencia. A pesar de que era evidente que había algunos propietarios que cerraban mucho más tarde del horario permitido y que, además, en las puertas de la entrada siempre había concentraciones de clientes bebiendo alcohol, la Policía Local nunca les sancionaba. Sin embargo, había otros, que aunque tampoco respetaban las normas sobre ruido, recibían constantes inspecciones por parte de la Patrulla Verde, que en la mayoría de casos se traducían en sanciones económicas.

Los vecinos no creen que esta situación fuera casual y dijeron que sospechaban que varios bares pagaban a la Policía.

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