"Hemos comenzado la lucha para plantar cara a un turismo que no queremos", advirtió ayer el alcalde de Palma, José Hila, en referencia a las excursiones de borrachera, ya que "causan más perjuicios que beneficios". Por ello, emplazó a los empresarios que las organizan a que "dirijan sus negocios hacia otra clase de turismo", tal como han hecho los hoteleros que han invertido más de 300 millones para reformar sus establecimientos y así atraer visitantes con un mayor poder adquisitivo. "Ya que la temporada es tan buena, podemos elegir el tipo de turismo que queremos", concluyó el alcalde.