El puerto de Palma recibió ayer ocho buques de crucero. Se trata de un nuevo récord para la instalación en número de buques, pero no de pasajeros: los 22.000 cruceristas que se esperaban ayer no superan los 23.000 que se lograron en el verano de 2015. Los ocho buques coincidieron aproximadamente unas tres horas, ofreciendo el puerto una imagen espectacular con casi todas sus líneas de atraque ocupadas.

A partir de primerísima hora de la mañana empezaron a arribar barcos, empezando por el Mein Schiff 4, de Tui Cruises, que llegó de Eivissa para terminar aquí su crucero de diez días. Por la noche partió rumbo a Cádiz, primer puerto de su nuevo periplo de doce días que acabará en Hamburgo, dado que estará en el norte de Europa todo este verano.

También llegó el Aidacara, de Aida Cruises, dedicado preferentemente al mercado alemán. Tenía Barcelona como origen y se marchó rumbo a Cannes, primer puerto de un nuevo crucero de cuatro dias.

Otro que llegó fue el Thomson Majesty, de Thomson Cruises, centrado en el mercado británico. Vino desde Valencia en un viaje de posicionamiento desde las Islas Canarias donde ha pasado todo el invierno. A partir de ahora visitará regularmente el puerto de Palma. Salió de Ciutat rumbo a Villefranche, iniciando un crucero de siete días por el Mediterráneo.

Los tres primeros buques hicieron desembarque y embarque de pasajeros en las terminales del puerto. Un poco mas tarde arribó el Norwegian Jade, de Norwegian Cruises, buque no muy frecuente en Palma. Llegó de Barcelona y partió rumbo a Malta. Actualmente realiza un viaje de doce días de duración que finalizará en Venecia. Tiene previsto pasar todo el verano entre el Adriático y el Egeo.

Posteriormente llegó el Costa Fascinosa, de Costa Cruises, habitual del puerto, dado que lo visita cada semana. Llegó de Valencia y se marchó a Palermo.

Más tarde llegó una nave muy diferente al resto y también poco habitual en el puerto: se trataba del Royal Clipper, de la naviera Star Clipper, un maravilloso velero de cinco palos, que con su imagen dio el contrapunto al resto de buques. Vino de Eivissa y salió rumbo a Maó, dentro de un periplo de siete días que se inició en Málaga y terminará en Civitavecchia.

También llegó otro habitual de cada semana: el Costa Diadema, de Costa Cruises. Vino de Barcelona y salió hacia Civitavecchia. A mediodía el último en arribar fue el MSC Fantasía, de MSC Cruises. Como cada semana, llegó de Cannes y partió a Barcelona

En total se estima que fueron unos 22.000 los pasajeros que se movieron por las estaciones marítimas. Tres de los barcos terminaron aquí sus cruceros y desembarcaron pasaje para que entraran nuevos turistas. Los otros cinco barcos estaban de tránsito.