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Corrupción policial

Los carteristas de Palma entregaban una parte de las ganancias a un policía local

El funcionario protegía a un grupo de delincuentes rumanos a cambio de que le dieran dinero, droga, ropa y perfumes caros

El policía local controlaba sobre todo a los delincuentes de la Playa de Palma.

­Uno de los policías locales que está en prisión por corrupción se quedaba con un porcentaje de las ganancias que obtenían los carteristas, sobre todo los de nacionalidad rumana, que actuaban en la ciudad de Palma. Así lo asegura, a través de un auto, el juez Penalva, que confirma la prisión del agente Juan Vidal Comas, que en el momento de ser detenido era el policía de barrio del Coll den Rabassa. Se le arrestó, precisamente, a raíz de la declaración de El Ico, que aseguró que este funcionario le exigía dinero a cambio de no cerrarle el bar. También le invitaba con frecuencia a drogas y servicios de prostitución.

El juez basa su acusación en la declaración que han realizado varios testigos (algunos de ellos policías) y llega a la conclusión de que Vidal Comas "facilitaba información a las bandas rumanas para que pudieran dedicarse a actividades delictivas". Era quien avisaba a estas bandas del lugar de la ciudad donde habría una especial presencia policial, para que pudieran actuar en otras zonas. Además, "les informaba e identificaba a las patrullas que vestían de paisano para que estuvieran prevenidos y no los confundieran con ciudadanos normales". Pero no era, según el juez, el único delito que cometía como agente de la autoridad. El funcionario también intermediaba entre el Ayuntamiento y estos ciudadanos rumanos "para quitarles las denuncias" y, al mismo tiempo, aprovechando que tenía acceso a los archivos informáticos, advertía a estos delincuentes "si tenían alguna orden de búsqueda y captura". Por cada información que facilitaba, el policía local cobraba 50 euros.

El agente encarcelado tenía cierta obsesión por vestir con ropa de marca y utilizar perfumes caros. Pero no los compraba en la tienda. Se lo entregaban estos rumanos, que lo obtenían robando. Además de estos objetos, también le facilitaban droga y le invitaban a consumir gratis, tanto sustancias como prostitutas, en los clubes de alterne. Muchas veces para entrar en estos locales, "se presentaba como policía y mostraba la placa. Llamaba por teléfono a los rumanos y les encargaba cocaína. Se la traían y no se la cobraban", detalló un testigo.

La zona donde tenía más control era la Playa de Palma, pero tampoco se olvidaba de otras barriadas. "Controlaba a los rumanos carteristas de la zona centro, de quien se quedaba un porcentaje o una parte de lo sustraído en las carteras", detalla el juez Penalva para justificar que siga en prisión. Vidal Comas, además, en su labor de protección, también conseguía con una simple llamada que sus compañeros policías, cuando detenían a alguno de estos delincuentes, le soltaran.

Además de patrullar, el policía local también trabajaba como vigilante de seguridad en un club de alterne. Se vestía de negro y se colocaba en la puerta. "Era el encargado de cobrar. Así controlaba cuánto dinero se había recaudado en las entradas para calcular también qué parte se quedaba. Cando acababa la jornada en la puerta tenía sexo gratis con las mujeres". El juez detalla que el agente aprendió la lengua rumana, para comunicarse mejor con estos extranjeros. El policía, en este trabajo fuera del horario laboral, tuvo algún que otro incidente, que solventaba con su arma reglamentaria. Pese a que su oponente era más alto y más fuerte que él, lo redujo "sacándole la pistola y encañonándole con el arma". Además de estos ladrones rumanos el policía, según el juez, protegía también a camellos que vendían droga. A cambio, se quedaban con una parte de estas sustancias.

Algunas de estas afirmaciones sobre este policía las han manifestado otros agentes de San Fernando, que se habían dado cuenta de su actividad delictiva. Uno de ellos recordó que en una cena con sus respectivas parejas, un individuo extranjero, apodado "el chino", llamó a Vidal Comas. Le dijo que le había parado la Policía Local y le habían encontrado varias botellas de "Moët Chandon que había robado" en el maletero del coche. El policía llamó a sus compañeros y logró que soltaran al ladrón. "Mañana beberemos todos buen champán", manifestó a sus acompañantes.

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