Palma no quiso ser menos. Si Mallorca vivió ayer un gran colapso por la organización de una ruta ciclista, la ciudad se vio envuelta en una invasión de turistas que provocaron colas a la entrada de los aparcamientos, aglomeración en algunas de las calles del centro de Palma como Jaume II, y retenciones de tráfico en las principales vias rodadas de la ciudad. La Policía Municipal, que ayer estrenaba el servicio especial contra la venta ambulante en Palma y s´Arenal, ya sumó a su cometido el propio de la que ellos denominan como "operación nube".

"Siempre que hace mal tiempo, y coincide la llegada de varios cruceros, se activa el dispositivo que amplía la funciones de un día cualquiera", indicó ayer el portavoz de la Policía local.

Sin embargo, la noticia ayer fue el estreno del servicio especial u operativo contra la venta ambulante, que inaugura la temporada de verano y que se inició a las 9.30 y concluyó a las 16.00 horas.

El cometido de este refuerzo intenta evitar que los vendedores establezcan paradas. En total fueron 10 policías y un oficial que actuaron en el centro de Palma, en la plaza Major, Dalt Murada, la plaza de Joan Carles I, el Parc de la Mar. El período de actuación está previsto para los días que con toda probabilidad los vendedores clandestinos sacan su género a la calle.

La policía se limita a decomisar el género y a levantar acta por venta ambulante. "Es un problema de difícil solución, y tampoco creemos que se arregle con sanciones. Se trata de mantener cierto equilibrio", indicó el portavoz policial.

Desde las 9.30, los diez policías más el oficial se reunieron en la plaza de Cort y de ahí se dirigieron a los puntos habituales de venta. Salvo a media mañana, que hubo un aviso de posible robo por parte de las claveleras a los cruceristas en la zona del Parc de la Mar, la mañana transcurrió sin mayores sobresaltos.

Las calles comerciales del centro, sobre todo las peatonales, fueron las elegidas por los miles de turistas que ayer eligieron Palma para hacer turismo, a los que sumar los pasajeros de los más de seis cruceros que recalaban en el puerto.

El nuevo dispositivo policial se veía reforzado por patrullas. La meta es que prime "la prevención y no la represión". Los vendedores ilegales, que suelen ser personas sin papeles procedentes de países como Senegal y Mauritania, saben también que con el aumento de policía va a ser más complicado su trabajo. Con todo, "el tema es muy complejo, y no acaba en la venta ilegal sino en que se ven abocados a esta actividad porque les empuja la pobreza de sus países y las mafias se aprovechan de su miseria", señalaron las fuentes policiales. Ayer se vieron pocos.