Los ingredientes de la receta para elaborar la exitosa feria del Pil·larí son llonguets, puestos de artesanía y un domingo soleado. Los tres elementos se unieron ayer y atrajeron a más de 10.000 personas a la segunda edición de este mercado que nació con el fin de potenciar el típico panecillo palmesano. Lo empezó a poner de moda el colectivo ciudadano Orgull Llonguet en las fiestas de Sant Sebastià -ya que a los de Ciutat les llaman llonguets- y la asociación de panaderos y la de vecinos del Pil·larí -cuyos hornos son conocidos por estos panes- aprovecharon el tirón y en abril del año pasado organizaron la primera edición de la feria. Fue tanta la afluencia de gente que los llonguets se acabaron, por lo que ayer los profesionales de la harina y el amasado ampliaron hasta los 18.000 panes y no hubo carencia de existencias.

Además, 14 participaron en el concurso al mejor bocadillo con este panecillo y hubo propuestas tan originales como llonguet con pechuga de pollo a la plancha con salsa de queso, albaricoques y mostaza, de la pastelería Can Miquel; de albóndigas con sepia, del Forn Sant Elies; y con chocolate y crujiente de almendra, del Forn de la Glòria, uno de los más antiguos de Palma y que innovó creando este postre. El ganador fue el llonguet de lomo con col, del horno y pastelería Tries, que fue elegido por votación popular dando clic en el 'Me gusta' de la página de Facebook Concurs Llonguet; y el segundo y tercer premio recayeron en el Terrasa, por su bocadillo de porcelleta, y en el citado Can Miquel.

A todo el mundo le gusta el pan y a muchos les priva la cerveza, de la que también hubo una buena muestra en la feria del Pil·larí, ya que diversos puestos vendieron esta bebida elaborada de forma artesanal en Mallorca e incluso los organizadores sirvieron cañas de una llamada Tià Llonguet, la mascota del evento. La marca Cervesa des Pla se ha sumado al Año Ramon Lull y ayer ofreció una variedad elaborada para la efeméride en la que sustituye el lúpulo por tres especies: romero, salvia y comino.

Más productos naturales: el tomate de ramallet triturado y metido en botes de cristal para untar, como el que daban para degustar en un puesto del Camí de Muntanya; y el primer kétchup artesanal de Mallorca, "a base de tomates de ramallet, bou y pera, todo de temporada, nada de invernadero. Cuando se acaba, no hay más kétchup", destacaban desde el estand de Ses 3 Maries. Justo al lado se encontraban los chicos de Melicotó, que también son los de Orgull Llonguet y a quienes les otorgaron el galardón Llonguet del Año en la primera edición de la feria.

La palmesana Brigitte Yagüe, tricampeona del mundo y plata olímpica en taekwondo, fue la premiada ayer y el alcalde de Palma, José Hila, le entregó una réplica de la mascota. También la recibió Lluís Bernat por "toda una vida dedicada a producir llonguets y el culpable de que no se hayan perdido" estos típicos panecillos, ironizó el presidente de la asociación de vecinos del Pil·larí, Pedro Andrés Medina, quien destacó que la feria ya es "una realidad" y espera que se convierta en "una tradición", como su protagonista.