Emaya tuvo que recoger en marzo 25.000 kilos de aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) viejos abandonados en la calle, pese a que no se puede, mientras que el pasado diciembre retiró 14.000 kilos. En solo tres meses, la cifra casi se duplicó, por lo que la empresa municipal inicia una campaña informativa para que la ciudadanía sepa qué debe hacer con los electrodomésticos que no quiere o son inservibles. El comportamiento no adecuado con esta clase de residuos se ha incrementado sin cesar desde que en diciembre comenzó el sistema de recogida de trastos en la vía pública, ya que en enero fueron 21 toneladas y en febrero, otras 22, tal y como especificó ayer Emaya.

A finales de año, la empresa pública también abrió el Punto Verde de Sant Jordi y mejoró las instalaciones del ubicado en Son Castelló, lo que repercutió de forma positiva en la recogida de electrodomésticos en esos sitios, debido a que aumentó. Hubo 7.600 kilos de aparatos viejos en diciembre entre ambos Puntos Verdes, mientras que en enero se incrementó hasta 9,6 toneladas, en febrero fueron 10,2 y el mes pasado llegaron a los 11.200 kilos de residuos de este tipo.

La empresa de limpieza de Palma desconoce a qué se debe que hayan aumentado tanto los comportamientos cívicos como los incívicos, aunque el resultado es que durante los últimos cuatro meses, los ciudadanos se han deshecho de 120,6 toneladas de electrodomésticos viejos que no querían por estar rotos o porque habían adquirido otro, sumando solo los abandonados en la vía pública y los depositados en los dos Puntos Verdes existentes en la ciudad, y sin contar los que se llevan los establecimientos en los que se compran los nuevos electrodomésticos.

Obligación de las tiendas

Los comercios están obligados por ley a retirar el aparato viejo del domicilio cuando entregan el nuevo en casa. Si se adquiere en la tienda, los clientes tienen un plazo de 30 días para depositar allí el material antiguo. Además, las grandes superficies recogen pequeños aparatos eléctricos aunque no se compre allí uno nuevo, según Emaya.

Si se dejan en la calle o en el contenedor de basura, las multas de la empresa municipal por el comportamiento incívico oscilan entre los 300 y los 900 euros.