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Trama corrupta

El policía condenado por torturas pidió las vacaciones al reincorporarse

El oficial que golpeó a un detenido estuvo un año de baja al ser imputado por el juez

­El oficial de la Policía Local de Palma que fue condenado a pena de prisión por patear a un detenido en el cuartel de San Fernando, exigió disfrutar de su periodo de vacaciones inmediatamente después de reincorporarse a su puesto de trabajo. Antonio G.Antonio G, que tiene plaza en la Unidad de Intervención Inmediata (UII), había estado durante casi un año de baja laboral.

Antonio G. pidió la baja cuando el Ayuntamiento le iba a suspender cautelarmente de empleo y sueldo, no por el episodio de la detención, sino debido a que el juzgado le citó como imputado al sospechar que había obtenido su ascenso a la categoría de oficial copiando en los exámenes.

De hecho, la suspensión cautelar de empleo y sueldo no se pudo ni siquiera tramitar debido a que el funcionario disfrutaba de una situación de incapacidad laboral transitoria.

Mientras se encontraba en esta situación, la Audiencia de Palma le juzgó, y después le condenó, por un incidente que se había cometido en el año 2011 y que fue grabado por la cámara interna del área de detenidos del cuartel. A pesar de que las imágenes demuestran claramente como el oficial de la Policía Local de Palma, que es un experto en artes marciales, golpeó con los pies y con las manos varias veces a un detenido que está esposado en una silla, los responsables del cuartel no adoptaron ninguna medida disciplinaria contra este funcionario.

Según han confirmado fuentes municipales, el oficial condenado por esta agresión solicitó su reincorporación a su antigua unidad a finales del pasado mes de marzo. A pesar de que está condenado, tanto a pena de prisión como a suspensión, no se ha podido evitar su reincorporación debido a que el oficial condenado ha recurrido la sentencia que dictó la Audiencia de Palma.

El recurso se ha presentado ante el Tribunal Supremo suele tardar una media de unos dos años en resolverlo. Mientras tanto, la sentencia condenatoria no tiene ningún efecto y por ello no se ha podido evitar que el policía local pueda reincorporarse a su plaza como oficial al frente de un grupo operativo como los UII.

Su vuelta al trabajo supone que recupera su condición de autoridad, su potestad de ir armado y de practicar detenciones.

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