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Sa Torreta

Nombres impropios en la ciudad

La denominación de algunos lugares emblemáticos de la ciudad resulta absolutamente inapropiada para la función que cumplen

¿Un centro de salud llamado Matadero?

La denominación de algunos lugares emblemáticos de la ciudad resulta absolutamente inapropiada para la función que cumplen. Obviaremos que la sede del PSOE esté en la calle Miracle. Una ubicación inadecuada para un partido que nació laico desde el día en que lo fundó el otro Pablo Iglesias. Tampoco dice mucho a favor de las esperanzas del partido en sumar éxitos electorales. ¿Carentes de discurso, líder y organización solo confían en un milagro para gobernar? Probablemente no sea una mera coincidencia ya que, pese a sus errores y deficiencias, han logrado gobernar las islas en tres legislaturas y el Ayuntamiento de Palma en cinco. Algo de milagrera debe tener la calle Miracle.

Quien jamás logrará la misericordia divina es el político que decidió ubicar un centro de salud en s'Escorxador. Traducción: matadero. ¿Con qué ánimo puede un enfermo anunciar a su amigo que tiene cita con el médico? "Me voy al matadero". "¿Pero no me dijiste que solo tenías una contractura en el dedo índice?". Y mucho peor resulta comunicar a la familia que uno parte hacia un destino tan trágico. "Me voy al matadero". "Manolo, ¿te acordaste de pasar antes por el notario?". El edificio de Gaspar Bennàssar es tan bello que puede albergar desde cines hasta supermercados, pero quien lo eligió como sede de un centro de salud no calibró las consecuencias de su decisión.

Otro edificio con nombre inapropiado es el de La Misericòrdia. Esta sede del Consell de Mallorca alberga tres salas de exposiciones, una importante biblioteca y los servicios culturales de la institución. Misericordia y cultura quizás sea la combinación exacta de lo que ocurre hoy en día. La expresión artística ha quedado reducida a casi cero en los presupuestos de las instituciones. Las ayudas a los creadores, a los circuitos de teatro, a la publicación de libros o a la restauración de obras de arte... fueron las primeras víctimas de la crisis. Es cierto que la cultura mallorquina sobrevive gracias a la misericordia. Da pena y de vez en cuando alguien le echa un mendrugo de pan para que se alimente. Sin embargo, no era preciso ser tan explícitos.

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