La asociación proteccionista ARCA argumenta que derribar el monumento de sa Feixina y, por lo tanto, "destruir patrimonio es una acción violenta y agresiva", como denunció ayer en una nota de prensa con motivo de la campaña que está realizando para defender el monolito construido durante el franquismo.

La entidad preservacionista considera que la decisión de Cort de demolerlo traslada un mensaje de "destrucción" que califica de "impactante y negativo", además de "inaceptable" a nivel educativo y para la sociedad en general.

ARCA esgrime que la oposición al derribo por parte de "una gran cantidad de gente" es por motivos "muy diversos que tienen un nexo de unión: la inutilidad de una destrucción", pero "no por motivos ideológicos, mayoritariamente", según matizan.

La asociación que vela por la protección del patrimonio incide en que "cuesta creer que destruir un monumento ante la mirada de los escolares cercanos -afirma en referencia a los alumnos del CEIP Jaume I- pueda ser considerada una acción educativa". Y alega: "Si quien gobierna lo cree, desde la sociedad tendremos que tener preocupaciones mayores que la defensa estricta del patrimonio", según el sexto argumento de la campaña que impulsa.

Los otros argumentos que ha ido desgranando durante todo este mes son: Destruir patrimonio es inaceptable en pleno siglo XXI, el monumento se adaptó a la Ley de Memoria Histórica, las piedras no tienen ideología, el autor es el importante arquitecto Francisco Roca Simó y desmontar y retirar, como acordó el gobierno de Cort, no tiene nada que ver con destruir.