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Turismo

Del barco a la bici para ver la Seu

El puerto ofrece a los cruceristas un servicio de alquiler de bicicletas, tanto eléctricas como manuales, una iniciativa que permite "visitar más sitios en menos tiempo"

Cinco kilómetros separan el muelle de Ponent, donde atracan los cruceros, del casco antiguo, donde quieren ir prácticamente todos los turistas que llegan en barco. Una hora caminando y mucho menos en autobús o taxi eran las posibilidades que había hasta ahora para trasladarse, aunque desde hace una semana el puerto ofrece bicis en alquiler para los miles de cruceristas que visitan Palma. El nuevo servicio de la concesionaria Port Bike -ganadora del concurso público de la Autoritat Portuària- está siendo todo un éxito. "El primer día, pese a que estaba nublado y hacía viento, hubo una veintena de usuarios", como destaca Pedro Salvà, socio de la empresa con su hermano Juan. El domingo no pararon de alquilar vehículos a pedales desde que los viajeros comenzaron a bajar del Costa Mágica y del Norwegian Epic a primera hora de la mañana, y hoy esperan la misma afluencia de clientes procedentes de otros dos buques turísticos.

Antes de poner rumbo al sur de Italia, los pasajeros Rocío Díaz y Mariano García recorrieron la costa palmesana e hicieron una parada en el Portitxol, en total "más de dos horas y 20 kilómetros de trayecto pedaleando a una media de 14 kilómetros por hora, aunque con puntas de hasta 30 kilómetros/hora". Lo detallaba la bicicleta eléctrica que acababan de devolver al puesto de Port Bike situado frente a la Estación Marítima número 2, por donde entran y salen la mayoría de los cruceristas. La nueva iniciativa les encantó porque "puedes visitar más sitios en menos tiempo", en palabras de Rocío. "La intención es que la gente disfrute del viaje al máximo, ya que tienen pocas horas en tierra y con la bicicleta se aprovecha mejor la visita", tal como añade Salvà, quien alquila bicis eléctricas y manuales.

Los clientes también pueden elegir entre ir por libre o realizar uno de los cuatro tours ofertados con guía y un grupo máximo de diez personas. Estos recorridos superan las tres horas y oscilan entre los siete y once kilómetros, con paradas en las que se puede escoger entre tomar unas tapas o darse un chapuzón en la playa del Portitxol. En los tours, los precios van desde los 45 euros hasta los 56 para quienes desean tomarse el aperitivo. Y en la alternativa por libre, usar una bici sin motor todo un día cuesta 14 euros y una eléctrica asciende a 26.

Los que alquilan la bicicleta para desplazarse por su cuenta "disfrutan de una gran libertad y tienen tiempo de visitar desde Bellver hasta la Catedral, lo más demandado", resume Salvà, quien después de 25 años en el sector de la automoción se embarca en esta aventura a pedales.

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