La demolición del monolito de sa Feixina centró una vez más el debate en un pleno municipal. En el de ayer, además hubo un enfrentamiento verbal entre partidarios de su demolición y de su mantenimiento, hasta el punto de producirse un momento de tensión cuando, Biel Huguet, un representante de Padrins Flautes, exigió poder intervenir a favor de la demolición del memorial al crucero Baleares y acusó al equipo de gobierno de no haber "tenido cojones para tirarlo".

El enfrentamiento se produjo cuando intervenía el portavoz de la asociación de Vecinos de Santa Catalina, Pere Felip, entidad integrada en la plataforma Sa Feixina no se Toca, que ya cuenta con 25 asociaciones adheridas. También intervino a favor de su mantenimiento Miquel Obrador, de la asociación de es Born de es Molinar; Pablo Gálvez, de la asociación de la tercera edad de esta barriada y Francisco Nogales, de la asociación de vecinos de s'Arenal.

El alcalde les dejó intervenir pese a que, según el reglamento, no podían hacerlo ya que los puntos referentes a sa Feixina habían sido presentados como proposiciones de urgencia tanto por el PP como por Ciudadanos.

La portavoz del PP, Margalida Durán en su séptima intervención relacionada con el monolito de sa Feixina instó al equipo de gobierno a que tenga en cuenta el informe de ICOMOS, una entidad consultora de la UNESCO, que solicita la protección del monumento.

Asimismo, piden que se interrumpa cualquier actuación hasta que el ministerio de Cultura no se haya pronunciado sobre la denuncia por presunto expolio realizada por la Plataforma Salvem sa Feixina y a no aprobar el proyecto de demolición. Asimismo hacen constar que los responsables de su destrucción pueden incurrir en un delito penal.

Igualmente Ciudadanos pidió una vez más que se mantenga el memorial, puesto que, según el concejal Pedro Ribas "las piedras están desprovistas de ideología". En cualquier caso, insistió en la necesidad de convocar una consulta popular y a paraliza cualquier actuación tendente a la demolición mientras se tramita el procedimiento de expolio.

Por su parte, el concejal de Cultura, Miquel Perelló, insistió en que la decisión de la demolición salvando el bajorrelieve que queda "está tomada" puesto que "representa una exaltación franquista", tal como reflejan los informes que obran en poder de Cort. En una futura junta de gobierno se prevé aprobar el proyecto de demolición e iniciar la licitación de las obras.