La imagen de Nuestra Señora de la Esperanza y la Paz fue agasajada con pétalos a su paso por el centro de la ciudad durante la procesión homónima que se celebró ayer por la noche. Unos vecinos lanzaron las flores desde un balcón cercano a la plaza d'en Coll. Ese fue el colorido regalo para los cofrades de la Esperanza, anfitriones del desfile religioso que partió desde la basílica de Sant Francesc.

La talla de la Virgen, obra del escultor Josep Viladomat, abrió la comitiva con su corona dorada y el característico manto verde, del mismo color que el capirote de sus penitentes. Fue cargado a hombros por los cofrades durante un recorrido por los barrios del Sindicat y Cort.

A su salida de Sant Francesc, dedicó a los presentes una levantá. Muchos asistentes grabaron en móvil el tambaleo lento y mágico de María, rodeada de cirios led y flores.

Tras el baile inicial, a las 20.30 horas, buena parte del público concentrado en la plaza partió hacia Santa Clara para ver la salida. Otros feligreses se trasladaron hacia la plaza de Santa Eulàlia, donde coincidieron dos procesiones (la que partía de Santa Clara y la de Sant Francesc). También participaron en la procesión las agrupaciones de Santa Mónica, la Calatrava o la Salle, entre otras.