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Entrevista

M. Victòria Secall i de Fermentino: "El Estado debe entender que invertir en infancia es invertir en país"

"Es mejor no exponer a los menores de 3 años a ver televisión. Es mejor contarles cuentos" - "El suicidio es una necesidad de descanso; evitarlo al cien por cien sería una fantasía maravillosa" - "Las personas más solidarias y empáticas son más felices; las más competitivas son infelices"

Manu Mielniezuk Maria Victòria Secall es una mujer poliédrica.

Maria Victòria Secall i de Fermentino escudriñó desde la psicología los enigmas que suponen el lenguaje, de ahí que su curiosidad, su hacerse preguntas, un 'vicio' que aún mantiene, se inclinara hacia los niños principalmente. Licenciada en Psicología y Filosofía por la Universidad de Barcelona -"en mi tiempo no había especialidad separada, no se reconocía la primera como licenciatura", apunta-, y doctora en Psicolingüística y postgrado en Neuropsicología, lleva años ligada a la literatura. De los brazos de la poesía surge, probablemente, su voz más íntima. Como la mayoría, "empecé a escribir por necesidad".

Nacida en Barcelona, ha encontrado en Palma junto a su marido, el también psicólogo Pep Farré, su otro lugar. Aquí ha desarrollado su carrera profesional, desde el ámbito público -aún se la recuerda en el Consell, donde fue responsable de Menors y familia-, y privado. Ha sido docente en Secundaria y la Universitat de les Illes Balears. Por ello, porque conoce lo fundamental que es la educación para forjar mejores personas, asegura con rotundidad: "Los últimos gobiernos han demostrado falta de sensibilidad. La Ley Wert está hecha por una persona carente de solidaridad, empatía. ¡Es mejor invertir en sobres de Bárcenas!", ironiza. El Estado debería entender que invertir en infancia es invertir en país, en crecimiento, en cohesión interna, en humanidad. ¿Cómo es posible una ley que elimina una asignatura como la música que debería ser obligatoria, incluso, en la Universidad?", prosigue.

-¿Primero fue el verbo?

-(Sonríe). Es increíble que con 27 fonemas puedas construir infinidad de palabras. Que permita la comunicación de manera rápida desde que somos niños. Pensamiento, acción y palabra se da todo a la vez. De 0 a 2 años se construye el lenguaje.

-¿Cómo?

-El niño diferencia los fonemas de las personas que están hablando a su alrededor. Ya cuando están mamando la madre les envía el sonido 'p'. En los primeros meses, ya hay capacidad de discernir sonidos. Un niño no aprende tanto si se le pone un magnetófono que si tiene a personas a su alrededor hablando. Los adultos reducen su lenguaje espontáneamente para dirigirse a los niños, y es un lenguaje correcto. Por eso es mejor que antes de los 3 años, los niños no vean televisión. Se ha comprobado que los que sí la ven tan pronto son niños menos resilientes, les cuesta entender, tienen un lenguaje unidimensional, no tienen relieve, aprenden una idea distorsionada de la realidad. Para aprender a hablar necesitas que te quieran, que te enfoquen las palabras, que haya coherencia entre el discurso, la mirada y el gesto.

-¿El niño empieza a hablar por imitación, por necesidad?

-Cuando el niño codifica 50 palabras, ya está preparado. Ya no hace imitación si no que crea su lenguaje. A los 6 meses balbucea, son ejercicios con fonemas que después perderá y se construirá un idioma materno.

-¿Influye la cultura, es decir, que los niños de lugares menos expresivos también serán más callados, y a la inversa?

-El niño mediterráneo se expresa más que el nórdico porque sus padres también son más expresivos, más gestuales, más exuberantes, más llamativo. A la hora de aprender el lenguaje, es igual en todas partes a no ser que sean niños psicotizados o niños que por diferentes males no responden. A los 8 o 9 meses, aparece la repetición de palabras o sonidos de la lengua.

-¿Qué ocurre con los niños de la sociedad tecnológica?

-Vaya por delante que soy partidaria de dar permisos de maternidad, paternidad, a ser posible, lo más largos posible. Por eso reitero que el Estado debe invertir en la infancia porque se traduciría en una mejora del propio país, en un mayor crecimiento, en humanidad, porque el niño debería ser patrimonio de la humanidad. En general, respondiendo a tu pregunta, no han cambiado en que el vínculo salva, que la solidaridad se puede aprender, que se prefiere hacer las cosas bien. Lo que se ha modificado han sido los entornos: los niños no juegan en la calle, o muy poco, y se juega de manera menos libre, más dirigida. Se ha sustituido el tiempo libre lúdico por el de la enseñanza. Si el niño hace música, yoga, deporte, y además tiene una tablet, o un móvil, son herramientas solo que la tecnología no ha de ser el estímulo sacrosanto.

-Antes apenas se hablaba del suicidio infantil. Ahora cunde la alarma. ¿Han aumentado?

-Hay pocos, aunque han aumentado las consultas. Niños, jóvenes, suicidados por acoso, abusos o llevados por una idea de todo o nada, por una decepción amorosa, por un problema de anorexia, que es otra manera de suicidarse. Si la sociedad fuese menos competitiva, si en la Seguridad Social se valorase la figura del psicólogo infantil, se les podría ayudar más. El trabajo de los padres, de la escuela, es fundamental. En cualquier momento una madre, un padre, pueden acariciar a su hijo, y en la escuela se puede fomentar un ambiente más armónico. Son los entornos clave. No sé si hay más o menos suicidios, sí que se habla más de ellos, y eso es, en cualquier caso, positivo.

-Usted trabaja últimamente en psicogerontología. De la infancia a los mayores. Cierra el círculo.

-A la gente mayor se la ha de cuidar y venerar. Son un tesoro. Han pagado con sus pensiones que tú y yo estemos aquí. Ellos son los que te han enseñado. Son la memoria. Ellos guardan el lenguaje.

-¿Por qué una estudiosa de la psicolingüística se pasa a la literatura?

-En mi época, la represión franquista fue atroz pero hubo reductos de libertad en los cantautores. Ellos al musicar a los poetas te hacían unirte en la lucha. Vivías, sentías que tu lengua era importante pese a que te la censuraban. Ellos me crearon interés por las canciones, por las poesías. En aquel momento escribía muchas cartas, sin darme cuenta, acabé haciendo de ellas un cuento, L'estel de foc, que como no podía ser de otra manera, estaba protagonizado por una niña, una niña sorda. Creo que empecé a escribir por necesidad.

- Ha escrito poemas contra la violencia machista en 'La mort violenta'. ¿Por qué se odia tanto a la mujer?

-Creo que por incomprensión de su mundo. El poder patriarcal es absoluto y al sistema le interesa que se siga desconociendo a la mujer. El miedo lleva a que se siga practicando la ablación, se las desconoce, y se las teme. Mientras haya esta publicidad de mujeres objeto, este someterla 'por cojones', seguiremos viviendo en una sociedad machista.

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