El juez ha llegado a la conclusión de que estamos frente a una "septisemia que invade a una parte de la Policía Local de Palma". Penalva entiende que ningún colectivo "está exento de padecer la existencia de personas sin escrúpulos entre sus miembros". Sin embargo, lo que resulta absolutamente insólito y a la vez descorazonador es que la cabeza visible de esos agentes -Morey- ampare, aplaude y aliente a unos presuntos delincuentes que, en sus propias palabras, considera ejemplos a seguir".

Penalva vuelve a recordar la presencia de varios importantes políticos, a los que no cita, que habrían amparado estas prácticas corruptas dentro de la Policía Local.

También vuelve a señalar el juez, para explicar su decisión de ampliar el secreto de sumario, los numerosos episodios de amenazas y coacciones que se han producido durante la investigación. Amenazas que habrían llegado incluso a producirse dentro de la cárcel, donde en estos momentos hay 15 funcionarios privados de libertad. Hechos que habrían relatado algunos policías y que todos señalan hacia el mismo nombre. Este policía, de apellido Estarellas, se habría jactado que tiene familia en el Ejército y "que se llama Francisco Franco, al tiempo que hacia el saludo fascista".

Amenazas a El Ico

También refiere el episodio de El Ico, uno de los testigos del caso, que ha sido amenazado en la cárcel. Explica el auto que el joven fue presionado por un funcionario de la propia cárcel para que escribiera una carta, en la que salía en defensa del policía Jaume Garau, al que acusó de amenazarle. El Ico es analfabeto. Firmó como pudo dicha carta, pero se negó a enviarla. "En la carta le decía que Jaime Garau no había hecho nada, y que tenía que firmar la carta y si no lo hacía, a las malas, podría entrar por la noche y ahorcarle, que le echaría una manta encima y le ahorcaría".

Otro episodio que señala el juez es el intento de dos policías que habrían organizado un plan para acceder al despacho del propio magistrado, "con ayuda de alguna persona integrante del servicio de limpieza". La intención de estos dos policías "de reconocida y constatada ejemplaridad", según las palabras del comisario Morey, sería la de fotografiar unas imágenes que el juez tiene colgadas en su despacho, de contenido cinegético. Penalva señala que este plan se encuentra "a medio camino entre la opera bufa, la majadería y el esperpento". Sin embargo, no descarta que lo que se buscaba era acceder a las diligencias secretas.