Un acto unitario, emotivo y más concurrido que en años anteriores sirvió para rendir homenaje a cuatro personas ilustres que fueron fusiladas el 24 de febrero de 1937 por el régimen franquista. Más de 200 personas se congregaron ayer en el Mur de la Memòria del cementerio de Palma para recordar, 79 años después de su muerte, al alcalde de Ciutat Emili Darder, el alcalde de Inca Antoni Mateu, el diputado Alexandre Jaume y el empresario Antoni Maria Ques.

Entre los asistentes al acto, organizado por la Comisión 24 de Febrer, hubo una veintena de entidades sociales y políticas. La novedad fue que el Ayuntamiento de Palma colaboró en la realización del homenaje tras cuatro años de ausencia institucional durante el mandato del PP. Ni los populares ni Ciudadanos se dejaron ver en el acto, mientras que sí hubo representación del PSIB, Més, Podem, Som Palma, Esquerra Unida, El Pi y Esquerra Republicana. Entre las asociaciones estuvieron Memòria de Mallorca, la Obra Cultural Balear, la Fundació Emili Darder o los sindicatos STEI y UGT. Además de Cort, también realizó una ofrenda floral el Consell de Mallorca. También hubo representación de las familias de los cuatro fusilados.

La presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, condujo el homenaje y destacó que los representantes de la sociedad "estuvieran con las víctimas". El primer familiar en tomar la palabra fue Andreu Jaume, bisnieto de Alexandre Jaume, quien destacó que el político socialista "murió por su pensamiento" y pidió "que se recuerde el ejemplo de su vida y sus obras para mantener vivo su espíritu crítico".

El alcalde de Palma, José Hila, explicó que la sala VII del castillo de Bellver, situada en la planta noble del edificio, pasará a llevar el nombre de Alexandre Jaume i Rosselló para agradecer a la persona "que logró la cesión del castillo del gobierno de la República al Ayuntamiento de Palma".

El historiador Antoni Marimón habló en nombre de la familia de Emili Darder. Repasó su biografía y resaltó que fue "una persona muy comprometida con el pueblo, sobre todo con las clases populares, creando dispensarios y escuelas públicas". Maria Antònia Mateu, nieta de Antoni Mateu, se emocionó al recordar cómo se despidió su abuelo.

Y, por último, a pesar de que no les habían podido localizar antes del acto, un nieto de Antoni Maria Ques también participó para señalar que se han dedicado menos libros a su abuelo al no tener cargos políticos. Recordó que mientras fusilaban a los represaliados otros presos que estaban a punto de morir les aplaudían en señal de apoyo. "Cómo debía ser el ánimo", dijo de forma estremecedora. A muchos asistentes les saltaron las lágrimas.

En representación del Ayuntamiento de Inca, invitado por primera vez al acto, estuvo el teniente de alcalde Antoni Rodríguez, quien anunció que "cada una de las víctimas tendrá un trocito de Inca", aunque no quiso avanzar todavía cómo se concretará ese homenaje de la capital del Raiguer.

Además de las numerosas ofrendas florales de las entidades, rosas y claveles rojos llenaron el Mur de la Memòria, en el que lucían una senyera, una bandera republicana española y una bandera anarquista. También se vio una estelada entre el público.

Acompañado de una guitarra y un clarinete, el músico Biel Majoral interpretó las canciones republicanas de Pere Capellà y, en una de las piezas, estuvo acompañado por Antònia Font, que recitó con fuerza Així arriben els vençuts. El acto concluyó con la ofrenda floral y la petición de derribar ya el monolito de sa Feixina.